De acuerdo a un balance realizado por la entidad que nuclea a las principales bodegas del país, la industria del vino transita un difícil camino: el consumo dentro del país está a la mitad de 10 años atrás y las exportaciones son las peores en 20 años. El impacto claramente golpea también a las bodegas sanjuaninas.
Los datos de disminución de ventas internas y externas corresponden al último informe realizado por el Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina y la división Vinos del Banco Supervielle. El consultor Javier Merino que se encargó de la presentación informó que la industria argentina de vinos está atravesando el momento más difícil de su vida, con una fuerte caída de la demanda interna de vinos y un mercado mundial muy retraído.
En cuanto a exportaciones, la caída de facturación de las bodegas de vino argentino del último año cerrado en mayo ha sido la peor de las últimas dos décadas, debido a la falta de competitividad de los vinos nacionales en el resto del mundo.
Realidad
“Esta disminución profundizó una caída que acumula quince años y el sector es hoy casi un 60% de lo que era en 2010 y para la serie mostrada tocó su valor mínimo histórico”, indicó el estudio. La disminución es similar en volumen y precio. “Es como si la caída de demanda de vinos dominara por sobre la oferta, y es allí donde hay que buscar las causas del comportamiento observado”, explica el documento.
Además, señala que es difícil esperar en el plazo de uno o dos años un regreso a las condiciones de quince años atrás dado que, aunque cambien las condiciones externas el aumento de volumen de ventas es lento.
Mercado interno
El volumen de vino despachado al mercado doméstico alcanzó en los últimos doce meses cerrados en mayo de 2024 su mínimo histórico con un total de 89 millones de cajas de 9 litros, luego de una larga caída de más de dos décadas.
Las ventas dentro del país llevan varios años de estancamiento, consecuencia de condiciones macroeconómicas adversas y en menor medida, cambio de hábitos de consumidores. La inflación, y la caída del poder adquisitivo de los consumidores fueron un factor determinante: la gente migró a otras bebidas más accesibles.
“A esto se sumó la histórica disminución del consumo en las categorías más bajas de precios que hoy factura la mitad de dos décadas atrás”, explicó Merino. Y agregó el dato más alarmante del momento: que en la actualidad la facturación total de la industria en el mercado doméstico es casi la mitad de lo que era una década atrás.
El documento analiza que de cambiar las condiciones de contexto macroeconómico es posible una recuperación que podrá ser aprovechada por empresas con un share importante y demandará esfuerzos de inversión en promoción y capital de trabajo. "Todo parece indicar que en el ranking de inversiones las bodegas preferirán destinar esfuerzos en los mercados externos y las más chicas recorrerán el camino de la venta directa apalancadas con el turismo del vino", destacó.
Exportaciones
Luego de varios años, en 2021 se alcanzó la mayor facturación de exportación gracias a dos fenómenos muy especiales, la devaluación de la moneda argentina en 2018 y los elevados precios alcanzados por los vinos fraccionados en los mercados mundiales. Pero en el 2023 y 2024 se alcanzó la menor exportación en más de dos décadas, consecuencia del tipo de cambio, que se corrigió parcialmente en los últimos dos meses. Además, las bodegas sufrieron una fuerte caída de rentabilidad, especialmente en vinos embotellados de exportación que tocaron su menor valor en casi dos décadas.
Justamente la venta a mercados mundiales ha sido la parte más atractiva del negocio en los últimos 25 años dado su constante expansión, pero lleva dos años de caída muy importante cuya principal causa está en las malas condiciones macroeconómicas argentinas.
El volumen de exportación alcanzó en 2024 su mínimo histórico con un total de 23 millones de cajas sumando embotellado más granel. Los precios volvieron a ubicarse en niveles promedio similares a la última década en la búsqueda de espacios de mayor rentabilidad discontinuándose franjas de precios más bajas en vinos fraccionados.
En cuanto a empresas, las más chicas y de menos de 25 años se desarrollaron con una gran proporción de su facturación en la exportación y las condiciones actuales no han compensado aumentado su proporción en el mercado doméstico, sino que se han enfocado más en vinos de mayor precio lo cual resulta complicado en un ambiente competitivo muy agresivo en los mercados mundiales.