La fuerte suba del dólar, que este viernes superó los $1.500 en medio del "ruido” electoral y la incertidumbre, ya comenzó a sentirse en las góndolas sanjuaninas. El impacto todavía no es generalizado, pero hay dos alimentos que se adelantaron al resto: el aceite y la harina, con incrementos del 7% esta semana.
Referentes del sector supermercadista consultados por Tiempo de San Juan aseguran que, si bien están llegando “algunas listas de precio” con pequeños retoques, la mayoría de los proveedores y empresas de consumo masivo se están resistiendo a trasladar los aumentos en forma generalizada para sostener el consumo que está muy caído y el temor de provocar mayor caída de ventas.
De todos modos, en San Juan advierten que no habrá mucho margen para resistir si llegan los aumentos. “Si llegan nuevas listas uno las tiene que aplicar, porque ya no se pueden aguantar los costos. El problema es que las ventas son pocas y los gastos muchos”, señaló Carlos Icazati, de la cadena América.
Aceite y harina, al ritmo del dólar
El empresario fue uno de los que confirmó justamente el aumento de precios del aceite y harina esta semana. El aceite, considerado un commodity dolarizado; y la harina, directamente vinculados a la cotización de la moneda estadounidense, fueron los primeros en actualizar valores.
Según informes del sector, ambos productos registraron un aumento promedio del 7% respecto a la semana pasada.
Otra fuente supermercadista consultada indicó que también se han producido retoques leves en artículos de limpieza y perfumería, pero de menor magnitud.
Caída de ventas
De todos modos, las grandes compañías están tironeadas por una realidad: la caída del consumo frente al menor poder adquisitivo de la población. En ese sentido han cambiado su estrategia y ya no se apuran a remarcar como antes, aguantan para no paralizar el consumo.
“Es verdad, ahora es la inversa, las compañías antes se peleaban para ver quién subía primero, ahora están esperando a ver qué hace la competencia antes de actuar, porque quieren vender”, expresó Icazati. Es que la prioridad es mover el stock y cubrir sueldos, admitió otra fuente en voz baja.
Las quejas por la caída de ventas se repiten en todas las cadenas, incluso hay ruido de que una de las empresas que opera en San Juan analiza mudarse a un local más chico, y hasta no descarta que podría cerrar sus puertas si continua el panorama incierto.
En el sector creen que la caída del consumo “va para largo” y que hay mucha gente asfixiada y ahogad por las deudas. A eso se suma la “desconfianza” por las políticas económicas y el resultado electoral que desalienta la inversión.