Luego de permanecer nueve días confinados por decreto de Nación, hubo actividades que fueron consideradas esenciales y que, aunque contaron con algunas limitaciones, continuaron trabajando. En ese sentido, Tiempo de San Juan les consultó a los comerciantes sanjuaninos que sí abrieron sus puertas cómo fue el impacto de las restricciones en las ventas y la mayoría respondió que cayeron hasta en un 60%.
Por ejemplo, en el caso del rubro de las ferreterías, la facturación que se registró en los primeros siete días fue menor a la usual y ello se produjo por el parate de la obra pública y privada. Así lo aseguró el propietario de la ferretería situada en Sargento Cabral y Paula Albarracín de Sarmiento, Guillermo Cabrera, quien señaló que lo que se vendió fue "chiquillaje".
"Como la construcción moviliza todo, las ventas fueron pocas y cayeron cerca del 60%. Las grandes ventas que son áridos y demás productos relacionados con la obra se vieron frenadas por las restricciones", indicó y agregó: "El problema es que tenemos muchos compromisos que afrontar, tenemos que pagar impuestos y servicios, ni hablar de salarios".
Por su parte, un almacenero que trabajó de corrido para aprovechar al máximo el horario permitido, Rodolfo Riofrío, manifestó que el movimiento de ventas fue menor ya que durante las noches se suele vender más. "Al tener cerrado en ese horario, se complicó tener la misma recaudación. Sin embargo, pudimos abrir y eso se valora, a diferencia de otros rubros", sostuvo.
Respecto a las cifras que pudieron registrar en sus ingresos, destacó que cerca de un 40% fue la pérdida que tuvieron durante el confinamiento. "También hay que tener en cuenta que es fin de mes y eso afecta al bolsillo de los clientes", añadió.
Con los feriados en el medio, la acreditación de los pagos con tarjeta de débito y crédito también fue un problema para estos comercios, que debieron esperar al menos cinco días para tener efectivo y poder hacer frente a sus compromisos. "Yo entiendo que hay muchos comerciantes que están molestos, pero hay que respetar las disposiciones y si bien estamos en desventaja con las grandes cadenas, tenemos que agradecer que pudimos seguir trabajando. Tenemos que ser más solidarios y no exigir más horario cuando hay gente que no puede trabajar", expresó el almacenero.
Desde la Asociación de Kiosqueros de la provincia, Claudio Rimza dejó en claro su descontento y aunque no dio a conocer los números, aseguró que sufrió un importante descenso en las ventas. "Si la gente no circulaba por las restricciones, no se vendía", exclamó.