Los hoteleros sanjuaninos tenían que previsto para estas fechas un escenario muy diferente al que están viviendo. Mientras que hace unos meses esperaban la llegada de Semana Santa como una de las temporadas fuertes de visitantes, ahora todos se encuentras desocupados o con "pasajeros" que son en realidad personas que tienen que hacer un aislamiento obligatorio porque llegaron de destinos que se consideran sospechosos de tener circulación de coronavirus.
Sin dudas, la "industria sin chimeneas", como se conoce al sector turístico, es la más afectada por la pandemia de COVID-19, ya que la primera medida que se tomó, antes de que declararan la cuarentena obligatoria, fue cerrar el ingreso de turistas. A esto se suma que pocos son los que están interesados en viajar, en un mundo en el que cada persona que se mueve de un punto a otro puede ser un potencial transmisor del virus.
Con este contexto, el titular de la Cámara de Hoteleros y Gastronómicos de San Juan, Luis Tallara, aseguró que la están pasando "mal". La mayoría de las plazas que hay en San Juan están desocupadas. Pasajeros regulares sólo quedan un puñado, que son aquellos que tienen una larga estadía y están desde antes de que se declarara la emergencia y el resto son aislados, que en algunos días también se irán.
En el futuro inmediato, si no ingresan más personas de puntos "sospechosos", las plazas quedarán totalmente vacías. Después de eso, reactivar los viajes por placer tampoco, por más surreal que suene eso justo ahora, parece ser una tarea fácil. "Ahora se trabaja en dos líneas, por un lado la parte crediticia y por otro la impositiva, que alivian a los empresarios que no están produciendo nada pero todavía deben pagar a trabajadores, mantener la infraestructura en condiciones y más" explicó Tallara. Para el "después" de este terremoto sanitario y económico que es la pandameia, el titular de la Cámara de Hoteleros aseguró que hará falta "una fuerte campaña de promoción por parte de los estados provinciales y nacionales".
Alojar la cuarentena, una tarea llena de desafíos
Si bien recibir al menos a las personas que llegaron desde destinos sospechosos se ha convertido en la única oportunidad de trabajo de los hoteleros, esto no ha resultado especialmente fácil, según el relato de Tallara. "Hemos dejado guardias mínimas y estamos trabajando con Salud, que todos los días hacen un relevamiento para ver que estén todos y también para dar asesoramiento", detalló.
Pero a pesar de los protocolos, quienes trabajan en los hoteles están lejos de estar acostumbrados al trabajo que ahora les toca hacer. "El personal se pregunta cosas, si están sanos, si tienen los recaudos, si utilizan guantes y barbijos como corresponde", contó. El empresario contó que ahora están buscando afinar algunos de los procesos del día a día, como la forma de tratar residuos generados por los pasajeros aislados y el destino de los mismos. En el caso de Capital, por ejemplo, se generó una recolección "diferenciada" y este sistema es el que terminaría aplicándose a todos los alojamientos.