Las quejas de todos los viñateros por la caída de su rentabilidad, y la desesperación de muchos, se hace evidente en el gráfico elaborado por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). En un informe difundido por el brazo ejecutor del Plan Estratégico Vitivinícola señalaron que en el periodo 2011 – 2015 el salario promedio anual de un obrero de viña común acumuló una suba de 138 % mientras que la inflación en el mismo periodo trepó hasta 141%. Pero el precio de la uva no acompañó este proceso.
En el periodo analizado, dice el informe, hay dos momentos a resaltar: 2011, cuando el precio en general de las uvas registró un crecimiento, y los salarios acompañaron la inflación. Pero en 2015 el fenómeno fue inverso: los salarios siguieron el ritmo de la inflación, crecieron 26 %, mientras que el precio de la uva Criolla se desplomó 45 %.
El informe también analizó la evolución del precio de insumos para el cultivo de la vid, comparándolos con una medida de la inflación local y con la evolución del tipo de cambio.
La estructura de costos operativos de un cultivo de vid de variedades básicas o criollas en 2014 se conforma en un 68 % por mano de obra, 14 % insumos vitícolas, 10 % agroquímicos, y 8 % mecanización, aseguraron. Esto posiciona a la actividad en netamente mano de obra intensiva.
"En la actualidad, los productores vitícolas se ven enfrentados a dos realidades a la hora de pagar los factores que requiere su cultivo: la inflación que hace mella en los precios locales, y la devaluación del tipo de cambio nominal que influye en los insumos importados. En algunos casos, incluso se puede verificar ambas situaciones: inflación en dólares”, señaló el informe realizado antes de la devaluación realizada por el gobierno de Macri.
La mano de obra es el principal factor de producción de la viticultura y su precio se determina en paritarias entre gremios y es el que se tomó como referencia.
Otra parte importante del costo de producción, y responsable en muchos casos de la calidad y cantidad de la cosecha del año, son los agroquímicos. Según su estructura comercial, son productos principalmente importados y provistos por pocas empresas internacionales.
Otro insumo vital para el sector es el gasoil. En Argentina el precio es controlado por YPF, a través de su poder de fijación de precios que le otorga la mayoritaria cuota de mercado. En los últimos años se ha ido corrigiendo al alza el precio, mediante ajustes periódicos y anunciados. La única excepción ha sido el mes de enero de 2015, cuando se produjo una retracción del 5 % del precio.
El precio del flete tuvo un ajuste a principios del 2015, tras lo cual se mantuvo con mínimas subas hasta el último bimestre de 2015 cuando volvió a subir un 9 %.