Los problemas internos de las barras no solo pasan en San Martín, sino en todo el país. Es ahora el caso de la de Huracán. Transcurridas apenas unas horas del feroz tiroteo en Nueva Pompeya, el líder de la facción oficial, Claudio De Respinis, fue detenido por la Policía de la Ciudad tras un allanamiento en su domicilio.
El arresto del líder de la José C. Paz tiene como explicación el episodio violento del 7 de marzo, cuando miembros del bando contrario que lidera "El Gordo Pablo" se presentaron en la casa de "El Cone" y dieron lugar a una batalla campal a pura balacera.
En ese entonces, los vecinos llamaron a la Policía y después de varios minutos de cruzarse con armas de fuego, todos fueron identificados aunque no se produjo ninguna detención porque cuando vieron venir a los patrulleros los barras descartaron los revólveres, extrañamente ninguno apareció y no se les pudo imputar el delito de abuso de armas.
Sin embargo, tras las requisa en el lugar de los hechos, donde las autoridades secuestraron un arma y dos teléfonos celulares, inmediatamente ordenaron el arresto de De Respinis, apodado “El Cone” y jefe de la barra brava de Huracán, en el marco de una causa por amenazas coactivas.
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El trasfondo de la interna entre la barra de Huracán
El tiroteo que se produjo el 7 de marzo es el último eslabón de una cadena que se viene gestando desde el año pasado. Un grupo de barras de Huracán de la Villa Zabaleta, Villa Lugano, Soldati y de Parque Patricios está tratando de desbancar a la familia De Respinis, que lideran la tribuna hace casi 30 años.
El anterior incidente se dio en la previa del partido contra San Lorenzo, cuando hubo una trifulca en la popular y convinieron ir a pelear afuera y cuando salieron, estaba la Policía que detuvo a 60 de ellos, la gran mayoría de la disidente. Y esta semana se publicó el derecho de admisión donde se les aplicaba a éstos entre dos y cuatro años de prohibición de concurrencia a cualquier evento deportivo mientras que los De Respinis ni aparecían.