Claudio “Chiqui” Tapia combina varias responsabilidades públicas y deportivas, aunque no recibe salario por la función más conocida: la presidencia de la AFA. Sus ingresos declarados provienen de otros dos puestos que ocupa actualmente y que, según su propia documentación, le generan más de $818 millones netos al año.
El dirigente encabeza la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), la empresa pública que gestionan en conjunto la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires para el tratamiento de residuos. Al asumir como presidente —cargo que tomó en enero tras casi una década como vicepresidente— presentó su declaración jurada, donde detalla bienes, ingresos y horas de dedicación.
De acuerdo con ese documento, Tapia afirma percibir alrededor de $68 millones mensuales. Una porción cercana a los $8 millones corresponde a Ceamse, donde asegura dedicar aproximadamente 15 horas semanales, lo que equivale a unas tres horas diarias.
El ingreso principal, sin embargo, proviene de la Conmebol, con sede en Paraguay. Por su rol como vicepresidente segundo de la entidad sudamericana, declara un pago mensual cercano a los $60 millones, aunque indica que le dedica apenas dos horas por semana, lo que representa un valor por hora llamativamente elevado.
La declaración jurada también refleja otra relación laboral: en la base de datos de ANSES, Tapia figura como empleado de Solbayres, una empresa privada dedicada a la recolección de residuos en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Esa doble presencia —en una compañía estatal del rubro y en una empresa privada del mismo sector— lo deja técnicamente en ambos lados del negocio. Solbayres forma parte del grupo Impsa, capitalizado por el Estado nacional años atrás y privatizado nuevamente durante la gestión de Javier Milei.
A ello se suma su histórico vínculo con Barracas Central, donde continúa firmando cheques como presidente, aunque no declara salarios formales asociados a esa función.
Además de sus ingresos regulares, Tapia informó en 2024 más de $200 millones adicionales por conceptos extraordinarios. Entre ellos figuran unos $44 millones por la venta de un vehículo —sin especificar el modelo—, más de $30 millones en viáticos de la AFA y alrededor de $130 millones en “intereses y diferencias de cambio”, pese a que en la misma declaración señala no poseer inversiones, cuentas bancarias ni dinero en efectivo.
En cuanto a su patrimonio, Tapia declaró siete propiedades, todas gananciales. En San Juan, su provincia de origen, posee un terreno fiscalmente tasado en $153.708 y una casa por $250.673. En la Ciudad de Buenos Aires, declara un departamento valuado en $1.084.787, mientras que en la provincia de Buenos Aires completa el listado con otra casa en Cañada, por $387.650, y una segunda propiedad en Río Luján, por $1.450.377, la única adquirida mediante préstamos.
La flota automotor declarada incluye dos vehículos, valuados en $22 millones y $5 millones, ambos adquiridos con fondos propios.
Al final del documento, Tapia certifica bajo juramento la veracidad de la información y afirma conocer las obligaciones vinculadas a la transparencia y la lucha contra el enriquecimiento ilícito.