Hace 93 años, un viernes 26 de septiembre de 1930, nacía en San Juan uno de los símbolos del rugby cuyano. Surgió primero bajo el nombre de Sporting Club, siendo más tarde una de las instituciones -junto a San Rafael RC, Mendoza RC y Huazihul SJRC- en fundar la Unión de Rugby de Cuyo. Así se llamaron hasta que se fusionó con Alfiles RC y pasó a llamarse oficialmente Sporting Club Alfiles. Desde entonces, un centenar de generaciones han pasado por el club de Punta de Rieles agigantando aún más su historia.
Como en sus inicios, en la actualidad es uno de los gigantes del deporte sanjuanino. El rugby, claramente, se transformó en la disciplina emblema, teniendo hoy casi 400 chicos entre inferiores, juveniles y categorías mayores, plantel superior e intermedia. En Alfiles hay chiquitos de entre 4 y 5 años que empiezan a escribir su historia en el mundillo de la ovalada.
Todas las categorías compiten dentro y fuera de la provincia. La M19 y M17, por ejemplo, disputa la Copa de Oro en la que se mide con los mejores equipos de Mendoza. La M15 viene de gritar campeón en el campeonato local.
380294900_18248302561207148_1303629207107529333_n.jpg
Mucho de los resultados deportivos y expansión que ha tenido Alfiles hasta el momento tienen que ver con la apuesta fuerte en infraestructura. En 2021, la institución señera del rugby en el departamento Rivadavia vio cristalizado el sueño de sumar un nuevo predio: el anexo de calle Carlos Pellegrini.
En el lugar se construyeron tres canchas de rugby (la principal con riego por aspersión, barandas y haches), camarines de primer nivel y una cancha de césped sintético para el hockey sobre césped. Además, se inauguraron sanitarios para público, vestuario de árbitros y una sala de enfermería. Una refundación esperada y soñada.
En ese contexto, Alfiles también se transformó en el primer club en sumar la práctica del hockey sobre césped como complemento y crecimiento de la oferta deportiva de los clubes. Actualmente la disciplina cuenta con 50 niñas de categorías menores y 15 mujeres en mayores.
¡Felicidades, Elefante!
