"Me duele un poco el pubis, a medida que pasaban los
minutos se me iba cargando y me molestaba un poco más. El pubis es complicado
porque no es fácil de controlar, terminé dolorido". Las palabras del
Lionel Messi, minutos después de brillar en la victoria 1-0 de la selección
argentina frente a Uruguay, presagiaron lo que finalmente sucedió: el capitán
argentino se bajó del partido contra Venezuela (el martes, en Mérida) por una
molestia física y tomó un vuelo de regreso a Barcelona, adonde arribó hoy, tras
una breve escala en París.
La Pulga aterrizó en suelo catalán cerca del mediodía. Lo
esperaba una camioneta que lo llevó a su casa, ubicada en la localidad de
Castelldefels, en las afueras de la ciudad. Se tomará el resto del día para
descansar junto a su familia y recién mañana irá al club, donde le realizarán
una serie de estudios para conocer la gravedad de la lesión. De todas formas,
según Mundo Deportivo y Sports -los diarios deportivos catalanes- el cuerpo
médico culé es optimista en cuanto a los resultados.
Es más, presumen que el argentino estará bajo las órdenes de
Luis Enrique el próximo sábado, cuando el Barça reciba a Alavés, por la Liga de
España. Sin embargo, habrá que esperar para saber si deciden arriesgarlo a
jugar tan pronto o si le darán algún tiempo más de descanso. Recordemos que el
club le recomendó a Leo no viajar a jugar las eliminatorias.
"En el club, siempre que estoy con la selección me
respetaron muchísimo y dijeron que decidiéramos entre la selección y yo. Nunca
se opusieron a nada, así que por ese lado estoy tranquilo", había aclarado
Messi, luego de que Edgardo Bauza, entrenador de la Argentina, asegurara que
Barcelona le había prohibido viajar y que el futbolista se había opuesto.