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SUSCRIBITE En Mérida, un argentino tiene una estatua. Y es venerado futbolísticamente. Un Dios de este deporte que a 1.625 metros sobre el nivel del mar es venerado. Juan José Scarpeccio, ex Platense e hincha de San Lorenzo, se convirtió en mito en Estudiantes de Mérida. Diez años, entre 1974 a 1984, este 10 con características ofensivas y gol, medias bajas y mucho talento enamoró a las masas del equipo que llegó a pelear algunas Libertadores.
Muy amigo de Valdano por su pasado en Las Parejas, por el cariño que se ganó en Mérida se nacionalizó venezolano y disputó partidos con la Vinotinto en las Eliminatorias para el Mundial 86. Su pérdida en 2006 causó mucho dolor. Varias encuestas lo posicionan como el mejor futbolista de Estudiantes. Hoy, su recuerdo vive en la gente. Y una estatua lo inmortaliza frente al estadio Metropolitano, donde el martes la Argentina visitará a Venezuela.
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