"Quiero cambiar de DNI y jugar con las chicas al hockey”, dijo en 2012, cuando era Ángel Sánchez y hockista del equipo masculino de la municipal de Pocito. Aunque al año siguiente cambió de identidad y pasó a ser Natasha del Valle, no fue aceptada en la Asociación Sanjuanina de Hockey sobre Césped y Pista (ASHCP). Hoy juega en una liga paralela con la Municipalidad de Chimbas, es entrenadora y hasta dirige partidos. "Quiero pelearla, quiero jugar en la Asociación. Aunque nacimos hombres no tenemos la ´ventaja deportiva´ con la que se excusan”, expresa.
Hace unos días la Justicia ordenó que una jugadora trans pueda participar de una liga de hockey sobre césped de Chubut. Se trata de Jéssica Millamán, a quien le negaron la inscripción por supuestas "diferencias físicas” respecto de sus colegas. A la sanjuanina Natasha del Valle le sucedió lo mismo cuando en 2013 cambió de identidad y pidió inscribirse a la Asociación. "Yo fui a hablar y no me aceptaron, me dijeron que tenía ´ventaja deportiva´ para con el resto. Lo primero que dijeron es que ´iba a matarlas a todas´ y no fue así. Yo no tengo antecedentes de haber lesionado a alguien, soy muy cuidadosa en el juego. Hay chicas que le pegan más fuerte a la bocha que yo”.
La hockista local contó que se comunicó con la chubutense e intercambiaron historias. A ambas le negaron sumarse a las entidades que pertenecen a la Confederación Argentina de Hockey por una misma razón, aunque a Natasha ni la denuncia en el INADI le sirvió para lograr su objetivo. "Hablé con ella, me solidaricé. No entiendo cómo pueden decir que hay ventaja deportiva, mi estado físico incluso es inferior al de las chicas de la Asociación. Ahora lo que pasó con Jessica me impulsa a pelearla, me parece que todas tenemos los mismos derechos. Me pareció bueno lo que pasó en Chubut, ojalá más chicas se animen a pelear por sus sueños”.
Hoy Natasha juega en el equipo de la Municipalidad de Chimbas y disputa el campeonato en la Primera de la Agrupación Sigo XXI, la liga que le abrió las puertas cuando cambió de género y arrancó en Sportivo Desamparados en 2013. Dice que en el ambiente del stick y la bocha la aceptaron y que las tres personas que la ofendieron por su condición sexual le terminaron pidiendo disculpas. "El primer año costó, algunos equipos se quejaban. Pero después me aceptaron y me respetaron. Hoy hay un buen trato conmigo, me siento cómoda y con mucho apoyo. Todos me dan aliento y eso está bueno”.
En el círculo del hockey siempre fue conocida. A pesar que desde muy chica supo cuál era su inclinación sexual, toda su vida jugó para los hombres porque nunca le permitieron jugar con mujeres. Integró el equipo de la Municipalidad de Pocito, la Universidad y Tordos de Neuquén. "Yo siempre jugué con los varones con mi cabeza rubia. Me ponía un gorro o me hacía una colita. Quería jugar con las mujeres pero no podía, tenía que ponerme el pantalón porque me gustaba el hockey”.
En la actualidad también dirige partidos en el torneo de la Agrupación y en Albardón. También es peluquera. Expresa que es feliz y como luchadora que es señala que peleará por jugar el próximo año en la Asociación. "Mi vida es buenísimo. Año a año me voy superando en el hockey y me van subiendo de categoría en el arbitraje. Sé que no puedo pensar en un seleccionado, pero me conformo con jugar en la Reserva de la Asociación”, dice Del Valle.