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SUSCRIBITELos clubes de la primera división quieren que los partidos vuelvan a jugarse con las dos hinchadas. Lo plantearon varias instituciones medianas y chicas la semana pasada, en una reunión que se desarrolló en la AFA . El motivo principal es económico: el regreso de las dos parcialidades les permitiría vender entradas para los foráneos. Y ese dinero en efectivo no sólo compensaría un mayor costo de los opeativos, sino que podría permitirles hasta un pequeño superávit. Hasta ahora, cada vez que la clase media y media baja del fútbol argentino abre su cancha pierde plata.
Las mayores reticencias hacia la apertura de los molinetes para las dos hinchadas provienen de los clubes grandes de Capital Federal y de los gigantes del interior. River y Boca, por ejemplo, tienen toda la capacidad de su cancha vendida entre sus socios. El club xeneize, además, ideó una categoría nueva para reemplazar a los visitantes ausentes: el socio adherente. Si el fútbol vuelve a la normalidad, esos asientos de la Bombonera regresarán a sus antiguos inquilinos: los visitantes.
En el caso de River, su presidente, Rodolfo D'Onofrio, contó que tiene reservada la mitad de la tribuna Centenario (4.500 localidades) y que ese espacio no salió a la venta previendo que se definiera el regreso de las dos parcialidades. En Avellaneda, Independiente decidió acatar lo que le ordenen los organismos de seguridad. Brindar la "reciprocidad" a los clubes que jueguen enel Libertadores de América será difícil e implicará expender menos tickets para los Rojos. Será un tema económico a evaluar.
Los dos clubes de Rosario, Newell's Old Boys y Rosario Central, se plantaron. Aunque están dispuestos a movilizar a sus hinchas para que los equipos de menor convocatoria consigan algún rédito económico, saben que es imposible abrir las puertas de sus estadios para los visitantes: ya les quedan chicos. Y, para sus directivos, la prioridad la tienen sus propios hinchas y socios.
La presión de los clubes para que se defina el regreso de los hinchas visitantes ocurre cuando la provincia de Buenos Aires se muestra receptiva para jugar partidos con dos hinchadas. Ocurrió en Racing vs. Lanús, por la Copa Bicentenario. Y en el amistoso entre San Lorenzo y Boca, en el estadio Ciudad de La Plata. "Venimos sintiendo que estamos preparados", asegura Juan Manuel Lugones, titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). Y agrega: "Peor partido que el de San Lorenzo con Boca, con las dos hinchadas por la autopista, no podíamos tener. Igual, todo esto se enmarca dentro de una política de Estado: luchar contra los barras como si fueran una mafia y trabajar para que haya transparencia en los operativos policiales". Lugones adelanta que hablarán con todos los equipos bonaerenses de primera para ver si están en condiciones de recibir hinchas visitantes en sus estadios. En el ascenso es más difícil: "Hay algunos estadios que no están preparados", explica el funcionario.
A nivel nacional, el gobierno lanzó un programa denominado Tribuna Segura. Guillermo Madero es el funcionario designado por Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, para normalizar el fútbol. "Tenemos un problema estructural gravísimo", advierte Madero. A partir de este fin de semana, los hinchas deberán concurrir a los estadios con su DNI. De esa manera, el Estado tendrá identificados a quienes ocupen las tribunas. A falta de controles biométricos, documentos. "El fútbol está enfermo y se ha generado una situación de descontrol. Tenemos que volver a tomar el control con medidas de fondo y estructurales. El resultado de todo eso es que los visitantes (y toda la familia) vuelvan a la cancha", describe Madero. Sobre la decisión de la Aprevide en territorio bonaerense, apunta: "Ésa es una cuestión local. A nivel nacional todavía no están dadas las condiciones estructurales".
Varios clubes opinan en esa línea: nada cambió desde que la AFA resolvió la prohibición de concurrencia para los hinchas visitantes. Fue luego de la muerte de Javier Gerez, hincha de Lanús, en el estadio Ciudad de La Plata. Pasaron 1188 días. Pasó, también, un proyecto inconcluso llamado AFA Plus. Ahora, envueltos en una gran crisis económica, los clubes necesitan de los visitantes. Julio García, vicepresidente de un Quilmes devastado por las deudas, lo pone en palabras: "Esperamos a los visitantes con el corazón abierto y los bolsillos vacíos. Lugar nos sobra".
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