Supieron ser el refugio de una intensa movida social, sitios de encuentro para familias y mesas donde se debatió sobre política. Se trata de Los Toneles, la parrillada ubicada en Libertador y Perito Moreno y Las Leñas, otro mítico restaurante situado en Libertador y Matías Zavalla. Ambos negocios gastronómicos cerraron y durante años, no han sido ocupadas las instalaciones. Pero ahora hay novedades: la esquina de Los Toneles fue comprada por la iglesia mormona y trascendió que el predio de Las Leñas habría sido vendido.
La parrillada abrió en los años ’80 y se llamaba “Las Cubas”. Creció rápidamente y se convirtió en uno de los lugares favoritos de los sanjuaninos. Durante varios años mantuvo ese nombre, pero cambió de dueño y el restaurante fue rebautizado. Desde ese momento, pasó a llamarse “Los Toneles”. El empresario Mario Volpini fue quien se hizo cargo del lugar hasta su cierre, en el 2017.
El lugar pasó por varias transformaciones, en sus últimos años pasó de parrilla a restó. Pero los dueños del terreno decidieron vender la esquina, que supo ser el lugar elegido por don Leopoldo Bravo cuando salía de Casa de Gobierno.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días adquirió el terreno. Unos años atrás compró el predio vecino, que ocupó durante mucho tiempo el Colegio Inglés. Los flamantes propietarios decidieron tirar abajo la casa de estilo british en la que se dictaron durante años clases.
La propiedad de la iglesia mormona se extiende ahora hasta la esquina. Aseguran que hay un plan para convertir al lugar en un espacio para que los fieles puedan disfrutar de distintas actividades.
Las Leñas
“23-50-40 y Las Leñas en su casa estará”. El jingle inmortalizó a la parrillada y hasta ahora hay quienes recuerdan la melodía. Su diseño y su ambientación rústica destacaron a este comercio, que fue uno de los primeros restaurantes que estrenó delivery en San Juan.
Estuvo a cargo de la explotación del comercio durante un tiempo el abogado César Jofré. Después de unos meses al frente, decidió dar un paso al costado. Con esta última concesión, se terminó Las Leñas.
Hubo reclamos vecinales por pérdidas de agua y hasta denuncias que indicaban que los chicos que iban a los boliches ingresaban al lugar a drogarse y tener sexo. Las solicitudes de los vecinos fueron escuchadas y se restringió el ingreso.
En el mercado inmobiliario aseguran que el lote fue vendido. Pero no hubo especificaciones sobre los compradores ni sobre el destino del emblemático ex local gastronómico.