Los dueños de los departamentos del Barrio Gran Libertador, ubicado en una zona top de Rivadavia, recibieron este jueves la noticia más esperada: publicaron la licitación para retomar la construcción de sus casas. Se trata de un caso indignante de abandono, ya que hace 24 años adjudicaron los departamentos y empezaron la construcción, pero la empresa que estaba a cargo de la obra se fundió y dejó las estructuras abandonadas.
El camino de los dueños, que por el tipo de contrato habían pagado el 15% de los costos de construcción, empezó a allanarse en 2017, cuando el IPV se mostró interesado en hacerse cargo de la construcción del barrio. En ese momento el Tribunal de Tasaciones intervino y le puso precio al lugar, que está ubicado en Libertador y Meglioli, ahora una zona top del Oeste sanjuanino. Con ese precio el Estado intervino y, tal como anunció Tiempo de San Juan en mayo, hicieron el llamado a licitación para que vuelvan a trabajar en el lugar.
Con la publicación del llamado, los dueños de los departamentos empiezan a tener algunas certezas de lo que viene. La obra está tasada en casi 400 millones de pesos y construirán un total de 141 departamentos. Las empresas constructoras contarán con 540 días de plazo de ejecución, por lo que la fecha de entrega estaría prevista para inicios de 2021.
Los departamentos tienen un avance del 30%, pero la empresa que se haga cargo tendrá también que hacer modificaciones en la obra realizada. Es que después de 24 años deberán readaptar el diseño a las nuevas normativas de Planeamiento y otras entidades como ECOGAS.
Una historia de abandono
Hace unos 24 años comenzó a levantarse el barrio a través de un programa que financiaba un 85% de la construcción y el 15% restante lo aportaba la gente. La empresa “Esteban Tabani” se hizo cargo de la edificación, pero la compañía se fundió y quedó un anticipo financiero que puso el IPV que nunca fue devuelto por la desaparición de la empresa y tampoco sucedió eso con la Cooperativa de Viviendas San Juan. De este modo, los adjudicatarios se quedaron con las manos vacías e inmersos en una batalla legal que nunca los llevó a ningún puerto.