Tiene 10 años pero su presencia escénica no es acorde a su edad. Cuando toca el piano parece un experimentado músico, no un niño que arrancó tímidamente hace cinco años. El dueño de estas cualidades es Jorge Rodríguez D’anna, una promesa sanjuanina que tocó recientemente en el escenario mayor del Auditorio Juan Victoria tras ganar el concurso Vicente Constanza, que premia a jóvenes talentos de la música.
Coco, como lo llaman todos, está vinculado al mundo de la música desde que estaba en la panza de su madre, Vanina D’anna, quien es una reconocida violinista sanjuanina que integra la orquesta sinfónica y dicta clases en orquestas juveniles. Creció entre medio de instrumentos y de ensayos.
A los cinco años, de repente, Jorgito le dijo a su madre que quería aprender a tocar el piano. "Tenía casi seis años cuando me dijo que le gustaba el piano. Le hablé a Ana Aguirre, su actual profesora, y a los tres meses hizo su primera presentación”, contó Vanina.
Como era muy chiquito para entrar a la Escuela de Música, empezó como alumno oyente la cátedra de Piano. Cuando entró a la escuela primaria, arrancó como estudiante oficial de la reconocida casa de estudios.
Es muy complicado que los chicos que arrancan a estudiar música continúen formándose porque es muy exigente la carrera. Pero gracias al empuje de su profesora Ana y de su madre, Coco siguió avanzando. "Los niños te dicen que quieren estudiar música, pero es una disciplina y hay que apoyarlos mucho”, agregó Vanina.
Jorgito va dos veces por semana a tomar clases, también aprende lenguaje musical, aunque prefiere más tocar que estudiar música como cualquier niño de su edad.
Pero no sólo toca el piano sino que también se copó con la trompeta. Cuando su madre enseñaba violín en las orquestas juveniles, Coco la acompañaba. Allí decidió aprender a tocar este instrumento. Lo hace tan bien que hace duetos con su abuelo y deslumbran con interpretaciones de jazz.
El premio Vicente Constanza es otorgado por el Auditorio a jóvenes talentos. La profe de Coco pensó que el pequeño estaba listo para concursar. Un jurado de prestigiosos músicos le tomó una prueba. Tan bueno fue su desempeño que resultó ganador de su categoría con apenas 10 años, lo que lo convirtió en el ganador más joven de la historia de esta importantísima distinción.
El premio por resultar ganador del concurso es tocar con la orquesta sinfónica. "Me pidió que tocara con él, no es la primera vez que compartimos escenario ya que antes tocamos juntos en el Club Social, pero en el Auditorio sí lo fue. Me temblaban las piernas, creo que no pude tocar ni una nota pero él estaba iluminado”, dijo Vanina, orgullosa de su pequeño talento.
Realmente ver tocar a Coco es impresionante. Llama la atención su seguridad, su gestualidad, el sentimiento que le pone a cada una de las notas que ejecuta con gran técnica y madurez a pesar de su corta edad.
Como cualquier niño, va a la escuela. Aún asiste a la primaria del colegio Clara Rosa Cortínez. Pronto empezará la secundaria y ya sueña con entrar al Central Universitario, es por eso que ya decidió anotarse para hacer el cursillo.
Le gusta tocar de todo: desde música clásica hasta rock y jazz con su abuelo, un músico autodidacta que contagió a toda la familia su amor por los instrumentos.
El pequeño asegura que continuará conectado con la música. No le gusta demasiado tocar para la gente que le pide temas –nota aparte: se lo piden todo el tiempo- pero cuando sube al escenario se nota que está en su mundo, en ese universo del arte tan infinito en el cual la expresión y la libertad impregnan el ambiente.
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https://www.youtube.com/watch?v=oroklKnlH3M&feature=youtu.be
