Era una tarde más, una tarde en la que Alex
Masman, un pequeño de tan sólo 10 años, jugaba con su grupo de amigos apenas a
unas cuadras de su casa, en la esquina dónde siempre se reunían a jugar a la
pelota, a andar en patineta y últimamente a jugar al desafío de la botella, un
juego que es furor entre los niños de su edad. Pero cerca de las 20.30 del 10
de noviembre, esa tarde dejó de ser una más y pasó a ser la tarde en la que la
vida le dio una segunda oportunidad al pequeño Alex luego de recibir una brutal
descarga eléctrica que lo arrojó de unos cuatros metros de altura y lo dejó en
el hospital, en estado crítico.
"SEÑORA, SEÑORA, ATROPELLARON A ALE, fue lo
que me gritaban unos vecinos. Inmediatamente, desesperada, salí corriendo hasta
la esquina dónde jugaba mi hijo. Cuando llegué al lugar me encontré con una
imagen terrible: mi hijo tirado en el piso junto a una mujer que lo estaba
reanimando y un hombre que gritaba desesperado que no había visto a mi hijo y
los amiguitos de mi hijo estaban shockeados. Cuando la mujer terminó de
reanimar a mi hijo nos explicó que en realidad nadie lo había atropellado, sino
que se había electrocutado”, relató la madre de Alex a Tiempo de San Juan.
No era la primera vez que este grupo de niños
subía al transformador para jugar. "Alex me comentó que no era la primera vez
que subían. Ese día todos tenían botella para jugar al desafío menos el, por
eso decidió subir al transformador a buscar una botella que había quedado ahí.
Por el calor se había mojado la remera antes de subir. Por eso apenas tocó ‘una cajita marrón’, según
el mismo definió, fue despedido por un gran golpe de corriente”, agregó Roxana.
Tras el accidente que casi se cobró su vida,
Alex estuvo siete días internado en el Hospital Rawson dónde se enfrentó a una
cirugía para quitarle coágulos de sangre que se le habían formado en el cráneo
producto del golpe en la cabeza luego de caer de casi cuatro metros de altura.
A casi quince días el pequeño Axel se recupera
en su casa, inquieto por poder volver a salir a jugar. "Está sensible porque no
le gusta verse así, además quiere volver a jugar con sus amigos. Respecto a la
escuela ya no va a volver hasta el año que viene, como tiene buenas notas los
maestros van a venir a tomarle las integrativas que le faltaron rendir a la
casa”, explicó la madre.