En San Juan, no es raro abrir las redes sociales y encontrarse con fotos de grupos de amigos compartiendo una cancha: hombres y mujeres jugando juntos un partido de fútbol. Esta escena, que antes parecía lejana, se consolidó en los últimos años como una forma distinta de encuentro social y deportivo.
Según contó Lula Rufrano, administradora de la cancha Rufrano, en el complejo ya se organizan torneos de partidos mixtos. Desde su experiencia, destaca que estas instancias no solo promueven el deporte, sino también el respeto y la hermandad entre géneros. En la misma línea, Marcelo Pohmajevic, dueño de Sioux, señaló que la movida se fortaleció de manera notable: en promedio, en sus canchas se juega al menos un partido mixto por día.
Para quienes participan, el fútbol mixto ofrece una doble posibilidad: mantenerse activos físicamente y compartir un buen momento social. Algunos jugadores reconocieron a Tiempo de San Juan que el formato facilita la organización de equipos, ya que no siempre es sencillo reunir diez varones para completar un partido. Más allá de la logística, muchos destacan el costado social de la experiencia: se trata de juegos más relajados, con menos presión competitiva y más foco en la diversión. “Jugás con amigos, pasás un buen rato y después se comparte una salida”, resumió una participante.
El boom de los mixtos en San Juan refleja cómo el fútbol, históricamente dominado por los varones, abre nuevos espacios de inclusión. Con solo una pelota, hombres y mujeres se encuentran en igualdad de condiciones dentro de la cancha,