El histórico centro comercial del Barrio Aramburu está siendo demolido a 33 años de su inauguración. Lo que fue pensado para la apertura de verdulerías, carnicerías y distintos almacenes para los vecinos de ese populoso barrio de Rivadavia nunca funcionó como tal y tras años de abandono y sucesivas usurpaciones pasó a la órbita de la administración municipal.
Fue inaugurado en 1991 pero rápidamente llegó su decadencia. Las llaves de lo que alguna vez fueron negocios pasaron de dueño en dueño hasta que no quedó ni un solo comercio funcionando. Entonces, empezaron las usurpaciones y hasta el año 2011 llegaron a vivir ahí unas 21 familias que se acomodaron hasta en los baños. Primero fue una mujer con sus hijos, estos crecieron, se juntaron y rápidamente la situación se descontroló. Tras varios reclamos vecinales, esas 21 familias recibieron casas del IPV y otra vez el lugar quedó completamente deshabitado.
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Hace algunos años, una vez más una familia se instaló a vivir en el centro comercial abandonado y otra vez generó incidentes entre los vecinos. Es que, tal como anticipó en varias notas este diario, los residentes del barrio Aramburu sostenían que esas personas que quedaban viviendo entre las ruinas, eran quienes protagonizaban los robos en las casas. A tal punto escaló el conflicto que, para reclamar, cortaron calles y pidieron una solución urgente.
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Según García, con la gestión de Sergio Miodowsky, el centro comercial abandonado pasó a manos del municipio y cuando esto ocurrió solo quedaba aún una familia de tres integrantes.
Las personas que vivían en el lugar fueron desalojadas el pasado 31 de julio y un día después las máquinas del municipio ya estaban trabajando para derrumbar todo.
"Estamos en proceso de demolición. La idea es, una vez que limpiemos todo, diseñar un espacio verde para el lugar porque los vecinos no tienen una plaza cercana así que nos pareció lo mejor", dijo a Tiempo de San Juan, Mario García, secretario de Obras de Rivadavia.
Según García, aún no hay fecha de cuándo se comenzaría con la obra de la plaza pero esperan que sea un lugar para que los vecinos "puedan salir a correr, a hacer actividad física al aire libre, a estar con sus hijos".
Las personas que vivían en el lugar fueron desalojadas el pasado 31 de julio y un día después las máquinas del municipio ya estaban trabajando para derrumbar todo. Las personas que vivían en el lugar fueron desalojadas el pasado 31 de julio y un día después las máquinas del municipio ya estaban trabajando para derrumbar todo.
Tampoco se conocen detalles de qué tendrá ese espacio verde pero García adelantó que contará con un circuito saludable y juegos para los niños del barrio.
Del viejo centro comercial ya no quedan más que algunas estructuras en las que los niños juegan a la "casita". "Queremos que tiren todo rápido porque esto es un peligro para los niños que se meten ahí a jugar, está inestable y se les puede caer una pared encima", dijo a este diario uno de los vecinos al ser consultado.
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