La pandemia de Covid-19 cambió para siempre la manera en que entendemos el mundo y nuestras propias costumbres. Las cuarentenas paralizaron actividades, rituales y encuentros. En San Juan, uno de los hechos más simbólicos fue ver, por primera vez en la historia, el paraje de la Difunta Correa completamente vacío en Semana Santa. Aquella imagen, comparable con las postales solitarias de la Torre Eiffel en París o la Fontana di Trevi en Roma, impactó profundamente a los fieles y al mundo.
Hoy, cinco años después de aquel Viernes Santo sin velas ni devotos, la escena cambió por completo. Tiempo de San Juan volvió al paraje ubicado en Vallecito y repitió las mismas tomas fotográficas que realizó en 2020. Esta vez, el contraste fue total: las velas volvieron a encenderse, los pasillos se llenaron de murmullos y plegarias, y los promesantes regresaron a los brazos de su santa.
En este 2025, la fe resurge con fuerza. La postal que antes estremecía por su vacío, hoy conmueve por su esperanza. La Difunta Correa, esa figura de devoción popular que nunca dejó de estar presente en el corazón de los sanjuaninos, vuelve a ser testigo de miles de historias de agradecimiento, pedidos y fe profunda.
Las imágenes