Un día por demás cargado se vivió hoy en Pocito, precisamente en Avenida Joaquín Uñac pasando Calle 12, donde se hizo entrega de viviendas del barrio Las Pampas, uno de los complejos construidos para dar respuesta habitacional a las muchas de familias que se vieron afectadas tras el terremoto de enero del 2021. Gisel Varas fue una de las sanjuaninas que desde esta semana tendrá su casa propia, y con mucha emoción compartió lo que esto significa tanto para ella como para su familia.
En dialogo con Tiempo de San Juan, Gisel contó que los distintos caminos de la vida la llevaron a vivir junto a su marido y sus dos hijos en el asentamiento El Pozo durante varios años, viviendo en una casita precaria que fueron levantando de a poco con mucho esfuerzo, pero lamentablemente no era suficiente para soportar los estragos que provocaba a veces la naturaleza.
“En el asentamiento no solo pasamos el terremoto, sino también las crecientes, y el viento. Perdimos dos veces nuestra casa precaria”, cuenta Gisel.
Sin duda las intensas lluvias que ponían en riesgo las cosas materiales que tenían, como las fuertes ráfagas de viento que en más de una oportunidad hizo que se volara el naylon que formaba parte de su casa, se comparan con los daños que sufrieron tras el terremoto de enero de 2021.
Al respecto, comenta: “Desde el terremoto hasta ahora fue comenzar de cero, hacer nuevo lo que podíamos, recibiendo palos y naylon, armando una pieza, viviendo apretados, hasta que nos fuimos acomodando. Estos años han sido fatales para nosotros, no solo por el viento, sino también por la lluvia donde se nos mojaba todo. Tener una casa donde no te importe si hay viento o lluvia es hermoso”.
Gisel Varas y su familia recibieron su nueva casa
Tras los daños del terremoto, la promesa de la casa propia no demoró en llegar, pero Gisel asegura que en más de una oportunidad pensaron que no iba a suceder. “Este año se nos hizo largo. Nos dijeron que iba a ser en marzo, luego en abril, hasta que llegaron las chicas del IPV y nos dijeron que a principio de septiembre nos iban a dar las casas y que comenzáramos a embalar y eso nos dio mucha alegría”.
Planificando cómo va a ser la histórica mudanza, Gisel y su familia buscaron cuál va a ser su nuevo hogar. Si bien hoy se realizó la entrega de llaves, las viviendas se podrán habitar de manera definitiva recién el jueves.
Acompañados de familiares, no pudieron contener las lágrimas cuando se encontraron. “Son lágrimas de felicidad”, se escuchaba, con la emoción a flor de piel porque luego de varios años, de noches en vela, de preocupaciones e inseguridades, finalmente Gisel, su pareja e hijos, como también más de 700 familias tendrán la oportunidad de dormir tranquilos, sabiendo que el techo que se encuentra sobre sus cabezas es seguro, estable y de ellos.
Como ella, cientos de sanjuaninos compartieron emocionados sus historias. Una de ellas fue Paula Páez, quien llegó al acto sola, ya que, si bien la casa es para ella y su hermano, él no se encuentra en la provincia.
El sueño de a casa propia para Paula Páez y su hermano
“Ha sido una lucha bastante complicada, nos ha costado bastante y gracia a Dios hemos podido cumplir el sueño. Hemos seguido luchando y tenemos la posibilidad de tener nuestra propia casa. Hay muchas emociones encontradas, no sé cómo afrontar todavía esta situación”, comentó alegre a Tiempo de San Juan.