Es un artista completo, pero el canto es su gran pasión. Sobre el escenario, Fernando Lazari siente que tiene 8 años y está jugando en el fondo de su casa. La música lo llevó por distintos lugares del mundo y todo el bagaje artístico y humano lo comparte gustosamente desde hace años con cada uno de los integrantes de los coros de la Universidad Nacional de San Juan.
En el ciclo ‘Media Hora Entre Preguntas’ este sanjuanino por adopción fue y vino en la línea del tiempo en una entretenida charla a la que no faltaron anécdotas y en la que dejó claro que tuvo la enorme fortuna de hacer de su vocación la gran compañera de ruta.
-Cante Lírico, coach vocal, actor, profesor y alguna más seguro habrá. ¿Con cuál de todas ‘caras’ te sentís más identificado?
-Yo hice la Licenciatura en Canto Lírico en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Dentro de la carrera tenemos materias como Teatro, Práctica Escénica para Cantante, etc. Y sinceramente me gusta todo lo que hago. Me siento muy cómodo en el escenario. Me gusta mucho, mucho, pero no puedo decir que no me guste dar clases, en este caso como profe de canto de los seis coros de la Universidad Nacional del San Juan. Siempre es un placer trabajar con tanta cantidad de voces.
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Fernando Lazari confesó que el 'Papageno' en su personaje preferido.
Me siento muy cómodo en el escenario. Me gusta mucho, mucho, pero no puedo decir que no me guste dar clases Me siento muy cómodo en el escenario. Me gusta mucho, mucho, pero no puedo decir que no me guste dar clases
-Naciste en Mendoza, pero ya sos más sanjuanino que las semitas. ¿Desde cuándo te tenemos acá?
-Yo comencé a trabajar en el 2006 en coros privados como el de la Católica y el Coro Beruti, con María Elina Mayorga, y después concursé el cargo de profesor de Impostación Vocal de todos los coros en la UNSJ. Ahí tuve un tramo bastante bravo porque al mismo tiempo trabajaba en San Juan y trabajaba en Mendoza. En el Control de San Carlos todos me conocían, si hasta te puedo cantar de memoria las canciones que te ponían en el colectivo. Fueron muchos años bravos trabajando de lunes a jueves acá y los viernes y sábado en Mendoza.
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Fernando y su esposa Luciana Escudero comparten la vida y la pasión por el canto.
-¿Tu relación con la música viene de herencia o es algo natural que vos necesitabas compartir?
-A mi viejo y a mi mamá siempre les gustó la música, pero ninguno en mi casa son del palo de la música, ni ha estudiado música, ni ha tocado un instrumento. Absolutamente nada. Yo después de más grande empecé a atar cabos y me di cuenta que cuando era chiquitito tenía las condiciones artísticas, pero que en ese momento yo no las veía como que me podían dar mi carrera, un futuro. Yo era el payaso en las fiestas familiares, me gustaba disfrazarme, salía sin ningún problema en cualquier acto de la escuela. Yo todo ese lo vivía como natural, pero no me daba cuenta que ahí estaba mi vocación. Después llegó la secundaria, soy Perito Mercantil. Y en tercer año un profesor realmente muy visionario. Se llama Gonzalo Villalba y él les escuchaba las voces a todos los chicos y chicas. Había algunos que querían entrar, otros que no y yo estaba entre los neutros. Cuando me escuchó me dijo que tenía una voz muy linda y me invitó a entrar al coro. Fui a un trabajo previo que se hizo antes de empezar con las clases de coro y cuando escuché las voces me volví loco. Fue un flechazo. Me enamoré de la actividad. Yo sentía que era de ese lugar y no me separé nunca más.
Cuando me invitaron a unirme por primera vez a un coro escuché las voces y me volví loco. Yo sentía que era de ese lugar y no me separé nunca más Cuando me invitaron a unirme por primera vez a un coro escuché las voces y me volví loco. Yo sentía que era de ese lugar y no me separé nunca más
Mirá la entrevista completa de Fernando en Media Hora Entre Pregunta
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