Coberturas periodísticas, los ascensores y sus ascensoristas, las direcciones hoy convertidas en secretarías y hasta en ministerios, los momentos alegres, los saludos, las desgracias y los olores reaparecieron en aquellos que caminaron por los angostos pasillos del histórico edificio 9 de Julio.
El edificio 9 de julio por dentro
“Aquí hay más de 60 años de historia. Me emocionó mucho venir, después de tanto tiempo”, le dijo Dolly Rodríguez, movilera de AM 1020, a Tiempo de San Juan mientras realizaba el recorrido por la planta baja.
Un olor particular, y bien sanjuanino, invadió su memoria: “Cuando llegué, me acordé del olor a semita. Los empleados aprovechaban los calefactores y estufas para calentarlas ahí”.
El edificio 9 de Julio fue inaugurado en 1957, como una obra clave para el diseño urbanístico de San Juan tras el terremoto de 1944. En 2006 empezó la mudanza de los organismos al Centro Cívico, hecho que culminó en 2010. El edificio 9 de Julio fue inaugurado en 1957, como una obra clave para el diseño urbanístico de San Juan tras el terremoto de 1944. En 2006 empezó la mudanza de los organismos al Centro Cívico, hecho que culminó en 2010.
La periodista recordó cada piso. A dónde estaba el Ministerio de Producción, la Dirección de Minería -hoy ministerio- y las demás reparticiones con sus respectivos funcionarios. Pero también mencionó los pasillos angostos del inmueble.
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El cartel ubicado arriba de los ascensores. Menciona dónde estaba cada repartición pública.
Esos pasillos estrechos también volvieron a la memoria de otro histórico de los móviles, más exactamente de Sergio Montt. Según relató a este medio el actual periodista de exteriores de Radio Concepto y conductor de la tarde de Canal 13, era “todo un tema” realizar coberturas periodísticas. “Habían muchas oficinas y los espacios eran muy reducidos, principalmente los que daban a calle Mitre”, exclamó.
“Mucha historia de San Juan se encuentra en este edificio”, expresó Montt. “Mucha historia de San Juan se encuentra en este edificio”, expresó Montt.
Al llegar al lugar, y a diferencia de los años que le tocó cubrir actividades allí, Montt celebró ver el edificio con espacios amplios y con una obra bastante consolidada.
Las ascensoristas, figuras claves
Estas trabajadoras merecen una distinción aparte en la nota. La gran mayoría que caminó por esos pasillos las recuerdan.
“Desde el momento que llegaba por el acceso ladero a calle Jujuy, una señora me recibía. Siempre estaba impecable y sentada en una banqueta de madera. Además de preguntar el piso donde iba, me consultaba sobre el clima en la calle, si hacía frío o calor”, contó Dolly sobre aquella trabajadora, quien se jubiló y sigue viendo por los rincones del centro sanjuanino.
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Al fondo, los ascensores.
Esa banqueta de madera y esa misma mujer todavía permanecen en la mente de Montt, al momento de hablar de las anécdotas.
Pese a no ser la apuntada por los movileros, Susana Quintero fue otra reconocida ascensorista del 9 de Julio. Permaneció 12 años con esa función. Entró el 2 de febrero de 1987 en la Dirección de Arquitectura y en 1999 pasó al Ministerio de Producción, donde trabaja en la actualidad, pero en la cocina de la repartición ubicada en el 4° piso del Centro Cívico.
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“Mucha gente y muchas cosas pasaron por ese edificio. Fue un trabajo muy lindo”, manifestó Susana, alias “La poderosa”, para sus compañeras de la cocina del Ministerio de Producción y Desarrollo Económico local, donde trabaja actualmente.
Manejaba los cuatro ascensores, tanto los manuales como los automáticos. Hay un dato importante. En aquellos 12 años, jamás se quedó encerrada.
Sobre algunas sensaciones, recordó el ambiente fresco y oxigenado del lugar, porque las ventanas de ese inmueble daban al sur y al norte.
El robo en Arquitectura y los tres grandotes de sobretodo
Ocurrió el 2 de junio de 1993 y provocó un cimbronazo en cada sector del edificio. Un grupo comando integrado por al menos tres personas llegó hasta la casa del Tesorero de la Dirección de Arquitectura de la Provincia, Justo Moya. La casa de Moya estaba ubicada en el Barrio Belgrano, Rawson, y en el momento del ataque, se encontraba junto a su mujer y sus cuatro hijos.
Luego de reducirlo a él y maniatar a los miembros de su familia, lo obligaron a entregar las llaves de la caja fuerte de la tesorería. Uno de los delincuentes se quedó vigilando a la familia y los otros dos partieron hacia el edificio 9 de Julio, donde funcionaba la repartición.
En la caja estaban guardados los sueldos de los empleados de la repartición, una suma cercana a los 200 mil dólares. En la caja estaban guardados los sueldos de los empleados de la repartición, una suma cercana a los 200 mil dólares.
Fue el hecho que más recuerda Quintero, cuando este medio le pidió hablar sobre alguna anécdota.
En ese tiempo, la por entonces ascensorista trabajaba en el turno tarde. En un momento, aparecieron tres hombres altos con sobretodo y subieron las escaleras.
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Postal del robo ocurrido el 2 de junio de 1993 en el edificio 9 de Julio. Foto: Diario de Cuyo.
Este accionar llamó poderosamente su atención. ¿Por qué motivo? Ella conocía a todas las personas que cobraban por ventanilla en el edificio. Sospechó de los tres, siendo personas que no frecuentaban el lugar.
“Les advertí a todos los empleados de la repartición, nadie me creyó. Al día siguiente, efectivos de la Policía me esperaron para brindar testimonios sobre el robo”, contó.