Propiedades vecinas sobre Ignacio de la Roza entre Tucumán y General Acha, entre las que se destaca un estacionamiento y parte del coqueto edificio de lo que fue en el pasado el Banco Italia y Río de la Plata. Cotizadas en millones de dólares, una de esas propiedades es alquilada por el Poder Judicial (ubicada en calle Mitre 150 Este y allí funcionan las Fiscalías de Cámara). Esos tesoros inmobiliarios son de Clinord S.A, una sociedad cuya presidenta es Gladys Neris González Pérez, casada con Julio Carlevaro Carbó, un hombre cuyo nombre llegó a los medios de comunicación nacionales porque figura como accionista de Snowy S.A, una firma acusada por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos por defraudar al Estado Argentino en miles de dólares con bonos comprados durante la Dictadura. A eso se le suma, que figura como parte del directorio de 127 empresas en Panamá, país conocido por ser un paraíso fiscal.
Entre las propiedades destacadas de Clinord S.A, hay tres sobre Ignacio de la Roza: en una hay un estacionamiento que tiene salida por Mitre y por Central; un edificio alquilado por empresas de telefonía móvil en el que todavía se ve el tallado que indica que en el pasado esa perlita arquitectónica alojó al Banco Italia y Río de la Plata y otra en el que funciona una sucursal bancaria. Por Mitre, numeración 150 Este, Clinord S.A tiene otra propiedad que alquila el Poder Judicial de San Juan desde al menos 6 años. En un documento que envió oficialmente la Corte de Justicia a Tiempo de San Juan (publicado el 25 de marzo del 2024) indicaron que Clinord era administrado en San Juan por la familia Goransky.
Según consta en un acta notarial, Clinord S.A fue creada en Montevideo, Uruguay, país en el cual para saber quiénes son los propietarios de una sociedad anónima hay que contar con autorización del supremo tribunal. La privacidad es lo que conduce a un gran número de empresarios argentinos a abrir S.A en tierras orientales. Este medio pudo ubicar a Gladys Neris González Pérez, uruguaya de nacimiento, como presidenta de Clinord S.A.
El nombre de Gladys González Pérez no es conocido dentro del circuito empresarial, pero sí el de su esposo, que en documentos oficiales de Clinord S.A también figura: Julio Carlevaro Carbó, conocido por enfrentar múltiples procesos judiciales, uno en Argentina. También figura como parte del directorio de empresas en Panamá.
En Argentina, Carlevaro Carbó figura como accionista de Snowy S.A junto a José Ismael Feo Scarsi. La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) denunció en diciembre del 2015 al empresario Pablo Ricardo Gotelli por montar un fraude en la quiebra de Sebastián Badaracco, una firma unipersonal dedicada al tráfico fluvial. La maniobra implicó la creación de la empresa fantasma radicada en Uruguay Snowy Sociedad Anónima, donde aparece Carlevaro Carbó como accionista, lo que le permitió comprar los créditos de la quiebra de Badaracco durante los ‘90 y, de ese modo, la empresa off shore pudo ser considerada como acreedora por la Justicia. Pero la jugada según Fiscalía no terminó allí porque para comprar esos créditos, originados en bonos de la dictadura, Snowy utilizó fondos que podrían ser del propio Gotelli.
Los bonos cuyo cobro reclama Snowy se originaron en el Decreto 1.335 del 26 de noviembre de 1982. Este instrumento financiero fue otorgado por el Estado Argentino a los tenedores de seguros de cambio que lograban la prórroga de sus deudas con acreedores externos. El valor de los bonos se calculaba por la diferencia entre el tipo de cambio pactado originalmente al contratar el seguro y el nuevo tipo de cambio resultante de la prórroga. No existían como títulos físicos, sino como depósitos indisponibles abiertos en los bancos, que generaban una renta semestral.
Una parte de esos títulos terminó en manos del Grupo Gotelli, que desde 1980 fue tomando el control del Banco de Italia y Río de la Plata, fundado en 1872. Justamente algunas de las propiedades que tiene Clinord S.A en San Juan son las que en pasado albergaron a la sucursal sanjuanina del Banco Italia y Río de la Plata. En torno a Gotelli surgieron otras empresas que conformaron un conglomerado económico, y que luego tomó créditos del Banco de Italia. Esos préstamos, que fueron recomprados por firmas del mismo grupo, estaban garantizados por los bonos que creó el Estado Argentino en el tramo final de la Dictadura. Así se llegó a la quiebra del grupo.
Snowy compró deuda por 311.893 dólares y se presentó ante el juez comercial Hernán Papa. Pero la compañía reunía los condimentos de una empresa fantasma: un directorio integrado por accionistas que dirigen un centenar de compañías, sede en Panamá, oficinas en Uruguay y el domicilio de la sucursal argentina que está en una casa de familia.
Entre los “indicios de ilegalidad” detectados por los fiscales de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos en la denuncia radicada en el Juzgado de Instrucción N.º 34 figuran las conclusiones de un informe del Banco Central. Según ese documento, Snowy tenía un CUIT inactivo y sus accionistas, Carlevaro Carbó y Feo Scarsi, integraban los directorios de 127 empresas distintas con sede en Panamá. Además, el domicilio declarado en Montevideo (Juncal 1355, apartamento 907) coincidía con el utilizado por dos compañías señaladas por la Comisión Permanente sobre Lavado de Dinero del Senado de Estados Unidos, vinculadas a los bancos Federal Bank LTD y American Exchange. Otro punto que despertó sospechas fue que, en 2009, Snowy se inscribió ante la AFIP como una empresa dedicada a la “venta al por mayor de prendas de vestir”, pero en 2013 modificó su actividad a “servicios personales NCP”, un rubro amplio y difícil de rastrear.
Las propiedades que tiene en San Juan Clinord S.A están alquiladas. Su valor de venta en el mercado supera el millón de dólares.