-¿Qué medidas implementará para asegurar la transparencia en la gestión universitaria?
-La transparencia es uno de los pilares fundamentales de nuestra propuesta. No se trata solo de un valor ético, sino de una herramienta concreta de gestión. Por eso, lo primero que vamos a hacer es implementar un sistema claro y accesible de divulgación de todos los actos administrativos y financieros. La comunidad universitaria y la sociedad en general deben saber cómo se toman las decisiones, en qué se invierte y cuáles son los criterios que guían esas decisiones.
Pero también hay otra dimensión de la transparencia que es igual de importante: el cumplimiento estricto de las normas y acuerdos. En la universidad muchas veces se establecen reglas que luego no se cumplen. Nosotros queremos cambiar eso. El respeto a las normativas vigentes y a lo que se acuerda institucionalmente será innegociable. Transparencia es, en definitiva, gobernar con responsabilidad y de cara a la comunidad.
-¿Cómo planea optimizar el uso del presupuesto universitario?
-Todos sabemos que el presupuesto universitario es limitado. El 92% del total se destina al pago de salarios, por lo que solo queda un 8% para el funcionamiento y otras necesidades. Aun así, creemos que ese 8% puede rendir mucho más si se gestiona con planificación, diálogo y prioridades claras.
Proponemos la implementación de un presupuesto participativo, donde todas las áreas de la universidad puedan intervenir en la definición de las necesidades más urgentes. Hoy todo se trata por igual, sin jerarquías, y eso impide que se resuelvan los temas críticos en tiempo y forma.
Un ejemplo es la Escuela de Música: se consiguieron finalmente 1.600 millones de pesos, pero eso podría haberse hecho hace cuatro años si hubiese existido una política de prioridades claras. Nosotros no queremos improvisar. Queremos planificar, discutir el presupuesto colectivamente y tomar decisiones a tiempo.
¿Cómo fortalecerá la carrera docente y el rol de los no docentes?
-Primero, vamos a aplicar la reglamentación vigente en la carrera docente, que establece que el ingreso debe ser por concurso de antecedentes y oposición. Esto no solo garantiza igualdad de oportunidades, sino que también mejora la calidad académica. El ingreso por concurso es una garantía de transparencia y excelencia.
Luego, hay que ofrecer instancias permanentes de formación y actualización para que cada docente pueda proyectar su carrera a largo plazo. Esto tiene que estar bien organizado, con criterios objetivos de evaluación y promoción.
En cuanto a los no docentes, creemos que el perfeccionamiento también tiene que ser una prioridad. Pero no solo con cursos aislados, sino con carreras de formación técnica o superior que los preparen para los desafíos que implica una universidad digitalizada, con sistemas modernos y procedimientos automatizados. Si ellos se actualizan, todo el sistema se vuelve más eficiente.
-¿Qué medidas propone para mejorar la calidad de enseñanza?
-La calidad educativa depende de muchos factores, pero el principal es el estudiante. Si el estudiante no es el centro de la universidad, no hay universidad posible. Por eso vamos a orientar todas las políticas a garantizar su permanencia, formación y desarrollo.
Uno de los problemas más graves hoy es la deserción estudiantil, especialmente en los dos primeros años. Y eso muchas veces tiene que ver con el bajo nivel con el que llegan los alumnos del secundario. Proponemos establecer un diálogo institucional con el Ministerio de Educación de la provincia para desarrollar programas conjuntos en los dos años previos al ingreso universitario. Por ejemplo, un cursillo de formación prolongado que prepare al alumno para afrontar el cambio de nivel.
Además, planteamos un acompañamiento integral en los primeros años de cursado, con seguimiento pedagógico, asesoramiento profesional y herramientas tecnológicas actualizadas. No alcanza con tener los equipos; hay que enseñar a usarlos. Tecnologías como la inteligencia artificial deben formar parte de los nuevos contenidos. Hoy la universidad está atrasada en este aspecto y eso también afecta la calidad.
-¿Qué mejoras propone para servicios como las becas, el comedor y la salud estudiantil?
-Nosotros entendemos que las becas no son una solución en sí mismas, sino una parte de una política más amplia. El bienestar estudiantil debe ser abordado de forma integral. No basta con una beca para el comedor: hay que mirar al estudiante como una persona con múltiples necesidades, muchas veces invisibles.
Queremos crear un sistema de acompañamiento más robusto, con seguimiento psicosocial, apoyo pedagógico, contención emocional y evaluación continua de la trayectoria de cada alumno. Las becas deben integrarse en ese sistema, como una herramienta más —importante, por supuesto— pero no la única.
El objetivo es que ningún estudiante abandone la universidad por problemas económicos, emocionales o por falta de orientación. Si logramos construir una red de protección y seguimiento, muchos más estudiantes podrán egresar.
Embed - Entrevista a Jorge Cocinero - Candidato a Rector de la UNSJ
-¿Qué obras considera prioritarias?
-Obras se pueden planificar muchas, pero sin recursos no se pueden concretar. Lo primero que vamos a hacer es priorizar las inversiones urgentes y buscar financiamiento externo mediante convenios con el gobierno provincial, el nacional y con el sector privado.
Hoy uno de los problemas más urgentes es la conectividad. Muchas sedes de la universidad no tienen un servicio de internet adecuado, y eso impacta directamente en la enseñanza y la investigación. Vamos a destinar recursos específicos para resolver eso desde el primer día.
Además, creemos que la investigación universitaria puede convertirse en una fuente de ingresos. Si logramos transferir conocimiento a empresas que lo necesiten, podemos generar recursos genuinos para invertir en infraestructura y equipamiento. Hay que dejar de mirar a la universidad solo como un centro de gasto y empezar a verla como una generadora de valor.
-¿Cuál es su relación con el gobiernos provincial y nacional?
-No tengo afiliación política partidaria. Respeto a los gobiernos que han sido elegidos democráticamente y creo que la universidad debe dialogar con ellos, sean del signo político que sean. Lamentablemente, hoy ese diálogo está cortado, y eso perjudica la gestión universitaria.
Nuestro compromiso es institucional. Si somos electos, vamos a trabajar con todos los niveles del Estado para conseguir lo que la UNSJ necesita. Pero también quiero dejar algo claro: las universidades no pueden ni deben ser provincializadas. Esa idea me parece un error gravísimo.
La universidad pública argentina debe seguir siendo nacional, laica, libre y gratuita. Es un derecho que debe garantizar el Estado nacional, más allá de las provincias donde se encuentren sus sedes.
-Y por último, si es elegido rector: ¿qué medida nunca tomaría y cuál sí o sí implementaría?
-Nunca gobernaría con una mirada política partidaria excluyente, como lo ha hecho este gobierno. La universidad no puede ser un espacio para imponer ideologías ni excluir a quienes piensan distinto. La pluralidad de ideas y el respeto por las diferencias son valores fundamentales para cualquier institución educativa.
Y lo que sí o sí vamos a implementar es una gestión centrada en la excelencia académica. Queremos una universidad que forme profesionales preparados, críticos, con herramientas modernas y libres de pensamiento. No queremos una universidad militante, sino una universidad que eduque con libertad y calidad. Esa es nuestra convicción más profunda.
Con una propuesta que pone el eje en la gestión eficiente, la planificación participativa y la defensa de los valores históricos de la universidad pública, Jorge Cocinero se presenta como una opción que busca abrir un nuevo capítulo en la conducción de la UNSJ.