En las últimas horas trascendieron los esfuerzos que se realizan desde distintos sectores de la política para lograr lo que en los papeles parece un imposible: un encuentro cara a cara entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
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SUSCRIBITEEn las últimas horas trascendieron los esfuerzos que se realizan desde distintos sectores de la política para lograr lo que en los papeles parece un imposible: un encuentro cara a cara entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
La última conversación franca entre los dos fue por teléfono, horas antes de que Macri asuma la presidencia en 2015, con el presidente electo a los gritos contra la actual vicepresidenta que se negaba a entregarle los atributos del mando en los términos que el líder del PRO lo requería.
Desde el Instituto Patria, el alter ego de Cristina, el senador por Neuquén Oscar Parrilli, sostuvo que Cristina “nunca puso límites” a la hora de sentarse a conversar de política y del futuro del país, y puso como ejemplo el encuentro con Carlos Melconian, un economista claramente antikirchnerista, que incluso llegó a ser candidato a Senador nacional por el macrismo más puro.
El mismo presidente Alberto Fernández, sabiendo lo que podrían causar sus declaraciones, subrayó hoy que "un diálogo se genera con todos, no con los que pensamos lo mismo. Porque si excluyo a alguien estoy imponiendo un monólogo”.
Macri, en una recorrida por Junín, provincia de Buenos Aires, fue consultado sobre el tema y respondió que se reuniría con Cristina si es “con la constitución arriba de la mesa”.
La hiperbólica respuesta dejó, de todas formas, la puerta abierta al encuentro.
Hasta Adolfo Rodríguez Saá, un dirigente que se apea a medio camino, generalmente, entre las dos fuerzas (con cierta inclinación peronista), trabaja como outsider para que se dé el cónclave, que pretende se realice en la República Independiente de San Luis.
Desde ambos sectores saben, y reconocen puertas adentro, que hablar de un diálogo entre distintos en la política nacional sin sentar a Cristina y a Macri cara a cara es un sinsentido.
“Cristina es Mick Jagger para nosotros, y Macri es Mick Jagger para ellos”, reconoció un dirigente de La Cámpora, dejando en claro que ni en el oficialismo ni en la oposición hay dirigentes que puedan hablar por los espacios con la autoridad de los dos ex presidentes.
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