La llamada Causa Cuadernos tuvo un inicio de novela, e impulsó a uno de sus protagonistas al estrellato.
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SUSCRIBITELa llamada Causa Cuadernos tuvo un inicio de novela, e impulsó a uno de sus protagonistas al estrellato.
El periodista Diego Cabot, del diario La Nación, paseó por el mundo con esta causa haciéndose acreedor de premios y reconocimientos por su labor de investigación (incluido el Rey de España, con 10.000 euros), y su “coraje” al avanzar contra la figura de Cristina Kirchner y varios de los empresarios más importantes del país.
Cabot había recibido “misteriosamente” las copias de los cuadernos de manos de un desconocido en un bar de Buenos Aires. Cuando vio lo que tenía en la mano, inmediatamente se los llevó al multiprocesado fiscal Carlos Stornelli.
La autenticidad de esos cuadernos en los que Centeno, como chofer de funcionarios, habría anotado prolijamente todo un circuito de entrega de bolsos de dinero provenientes de la coima por la obra pública, siempre se puso en duda. Al ser copias, eran imposibles de peritar.
Entonces, convenientemente, aparecieron algunos originales, que el chofer había asegurado que se habían quemado en la parrilla de su casa.
Analizados los cuadernos, tanto en la cuestión física como en la narrativa, aparecieron miles de indicios sobre alteraciones, destinadas a complicar a la ex presidenta, a empresarios y a ex funcionarios.
Ahora, el juez Marcelo Martínez de Giorgi, en cuyo juzgado cayó la causa por las alteraciones iniciada por el empresario Armando Lobson, del grupo Albanesi, ordenó allanar la casa de Jorge Bacigalupo, amigo de Centeno, y el hombre que le acercó los cuadernos a Cabot.
Para determinar el autor de las alteraciones, ya se habían tomado anteriormente registros grafológicos de la esposa de Centeno, Hilda Horowitz, y de Bacigalupo.
Con Horowitz descartada, el principal sospechoso ahora es Bacigalupo, el “Courier” de los cuadernos.
En el allanamiento se decomisó “todo tipo de anotaciones, manuscritos en original o copia” y “dispositivos electrónicos" como teléfonos, celulares, notebooks, tablets, computadoras, pendrives, tarjetas de memoria, micro SD, discos rígidos, discos externos, aparato electrónico, informáticos y digitales, como cualquier otro dispositivo que permita almacenar datos y registrar información que hubiere en el lugar”.
Por la Causa Cuadernos, aún CFK, empresarios y funcionarios esperan el juicio oral y público.
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