Juan Schiaretti juntó a los intendentes peronistas de Córdoba y los instó a trabajar por el proyecto electoral de Hacemos por córdoba, su espacio político, ya definitivamente por afuera del Frente de Todos.
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SUSCRIBITEJuan Schiaretti juntó a los intendentes peronistas de Córdoba y los instó a trabajar por el proyecto electoral de Hacemos por córdoba, su espacio político, ya definitivamente por afuera del Frente de Todos.
Schiaretti sale a la búsqueda de aquellos que no fueron a votar, para lograr, sino un triunfo, una gran elección que comience a posicionarlo a nivel nacional desde Córdoba.
La movida de Schiaretti es similar a la que Agustín Rossi advirtió que podría realizar Omar Perotti en Santa Fe, la de sacar al peronismo de esa provincia del Frente de Todos, para convertirse en una fuerza provincial.
Schiaretti ya dio el primer paso, habrá que ver si se cumple el vaticinio del ex ministro de Defensa, por lo que decidió enfrentar en las PASO al actual gobernador santafesino, pelea en la que perdió por mucho.
En las más de 420 ciudades de y comunas se juega el destino del “schiarettismo” como fuerza nacional. Sobre ese campo de batalla repican como balas las presiones políticas del “Gringo”, y la avanzada a fuerza de obra pública del gobierno nacional, que también pretende el apoyo de los jefes comunales e intendentes.
Quien más tiene que perder parece ser el gobernador. Mientras que el Frente de Todos ya hizo una elección paupérrima (perdiendo un senador, si se repiten los guarismos en las generales, y alcanzando apenas los dos dígitos) Schiaretti podría enfrentarse a la “vendetta” frentetodista en caso de no contar con el respaldo de los cordobeses en las urnas.
Algunos intendentes ya decidieron acompañarlo (aunque por ahora en negociaciones privadas) enojados, señalaron fuentes cercanas a Schiaretti, por lo que consideran un “chantaje” del gobierno nacional dando o quitando obras.
Mientras tanto, la posición tan distante que el cordobés quiere tomar de Alberto Fernández y Cristina Kirchner lo acercaría al otro extremo, y entusiasma a los peronistas “M” que sueñan con incorporarlo a su espacio político.