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UNIVERSITARIOS

El remezón político tras la partida Mónica Coca

La vicerrectora dejó un vacío de poder que desafía a sus herederos. Nombres potenciales, compatibilidades e imposibilidades a simple vista.

Por Gabriel Iturrieta

Después del shock y la consternación, el fallecimiento de la vicerrectora de la Universidad Nacional de San Juan, Mónica Coca, también provocó un inevitable impacto político. Reconocida como una de las precandidatas más competitivas en la carrera electoral por el Rectorado, su partida repentina dejó un vacío que eventualmente habrá que cubrir. Una semana después del deceso y con un riguroso recato, empezaron las especulaciones y desplazamientos internos.

A decir verdad, no hay apuro para tomar estas decisiones. Queda por delante una ventana amplia. La UNSJ no tiene ni siquiera un calendario electoral tentativo. Posiblemente el próximo jueves el Consejo Superior se reúna para tratar un proyecto impulsado por Jorge Cocinero, también aspirante a suceder a Oscar Nasisi, para recién abrir el debate.

Las autoridades actuales debían entregar sus cargos el 1 de julio pero por la pandemia las elecciones no se pudieron realizar el 10 de junio. Frente a esta realidad, la Asamblea Universitaria resolvió prorrogar los mandatos hasta que las condiciones sanitarias permitan la realización del comicio. 

Por no tener ni siquiera una fecha tentativa para ir a las urnas en 2021, Cocinero planteó la necesidad de darse un plazo cierto. Esta jugada le valió la crítica unánime de otros rivales como Rosa Garbarino y Roberto ‘Duro’ Gómez. Lo calificaron de ‘inoportuno’, porque justo en ese momento Coca peleaba por su vida en terapia intensiva, víctima del coronavirus.

Aunque la salud de la vicerrectora se deterioró rápidamente tras el diagnóstico positivo informado el 28 de octubre y cumplió alrededor de un mes conectada a un respirador, su fallecimiento fue inesperado por la comunidad universitaria. Ocurrió el lunes 7 de diciembre apenas pasadas las 4 de la madrugada.

La ausencia de Coca sacudió el tablero político. Con liderazgo construyó un espacio sólido que figuraba en el balotaje ensayado por todos sus rivales. En mayor o menor medida, todos se imaginaban compitiendo mano a mano con la vicerrectora. No les cabía en la cabeza que estuviera fuera de la pelea, disputando palmo a palmo el sillón de Nasisi.

La Licenciada en Comunicación Social y docente de la Facultad de Ciencias Sociales, cerró tempranamente una fórmula potente con el decano de la Facultad de Ingeniería, Tadeo Berenguer. A comienzos de 2020 sumó a su esquema el respaldo del decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Rodolfo Bloch. Progresivamente fue afianzando una estructura en cada unidad académica.

Con un discurso marcado por la defensa de la universidad pública y la perspectiva de género, Coca fue capaz de articular sectores diversos. Confluyeron grupos que bajo otra circunstancia no se hubieran encontrado. El desafío de sus herederos y herederas será coronar a un reemplazante que pueda mantener unidos a los dirigentes y la militancia en los cuatro estamentos: docentes, alumnos, personal no docente y egresados.

Bloch declinó sus aspiraciones a rector cuando adhirió a la fórmula Coca-Berenguer. A partir de ese movimiento, resolvió buscar la reelección en el Decanato de Exactas. Hoy tiene chances de volver a competir al más alto nivel, aunque es consciente de que esto solo sería posible si hubiera un fenomenal consenso interno. Y eso está por verse.

Desde Ingeniería aseguran que Berenguer también abriga expectativas porque en definitiva, fue el elegido por Coca como sucesor natural, desde el momento mismo en que conformó la fórmula. Una fuente universitaria advirtió que el decano de Ingeniería también entrará en la discusión y que, en caso de no prosperar su ascenso directamente no volvería a integrar la lista.

Coca lograba hilvanar un componente ideológico muy fuerte que contenía incluso al espacio definido como kuchenismo, en referencia a quienes estuvieron al lado del exrector Benjamín Kuchen hasta 2012. Ahí aparecieron Bloch y los suyos, Marcelo Lucero en Sociales, Paula Mateos en Filosofía o Mirta Romero en Arquitectura. Berenguer tiene un perfil compatible pero diferente al de la vicerrectora. Su eventual postulación dependerá de la aceptación que sea capaz de generar.

Otra versión se echó a rodar en los últimos días con el nombre de Ricardo Coca, exdecano de Sociales y primo de la vicerrectora. Luego de un distanciamiento político, tuvieron un reencuentro y él hizo público su acompañamiento. También tendría que pasar por un filtro complejo para ser aprobado por todos los sectores que conforman el espacio.

Hasta ahora todos los nombres comparten una limitación y es el género. Coca hizo campaña con la bandera de que una mujer llegue por primera vez al Rectorado de la UNSJ, hasta ahora siempre dominado por varones. Hay reconocidas docentes que componen la agrupación política aunque ninguna instalada para disputar el máximo cargo universitario. Al menos no por ahora.

Entre ellas figura Laura Garcés, investigadora social e impulsora del ingreso ciudadano universal que llegó a manos del mismísimo ministro de Desarrollo Social de Nación, Daniel Arroyo. La docente figuró en un borrador como eventual compañera de fórmula de Bloch cuando el decano de Exactas no había acordado con Coca-Berenguer y aún pensaba competir por el sillón de Nasisi.

Garcés sigue integrando el espacio, al igual que Mirta Romero, actual secretaria técnica de la Facultad de Arquitectura. Esta última tiene predicamento no solo en su unidad académica sino en toda la universidad, razón por la cual en alguna oportunidad recibió ofrecimientos para encabezar fórmula. Nunca prosperó.

Capítulo aparte merece el estamento alumnos.  Coca se apoyó mucho en la agrupación estudiantil Creando, cuyos máximos referentes son Florencia Ficcardi, actual presidenta de la Federación Universitaria de San Juan, y Eduardo Camus, militante justicialista y bisnieto del exgobernador Eloy Próspero Camus. Los jóvenes tienen poder de movilización real y en redes sociales. Fueron fundacionales en la candidatura de la vicerrectora y cualquier interesado en ocupar su lugar tendrá que acordar con ellos o pagar el costo de la ruptura.

Frente a la ausencia súbita de Coca y la reconfiguración del escenario político universitario, cabe preguntarse si se puede tender puentes nuevamente con el decano de Arquitectura, el ‘Duro’ Gómez. Esta incógnita surge a partir de un antecedente. En 2019 integró una mesa de diálogo con la vicerrectora y con Bloch. Los tres hablaron de ir a una interna para que solo uno de llegara al comicio, de manera de no dispersar el voto que seguramente compartían.

Gómez terminó siendo candidato por afuera, con el auspicio explícito de Nasisi. Quedó como el referente de la continuidad, en tiempos en que la relación entre el rector y la vice se había resquebrajado. Dos fuentes de diferentes sectores se mostraron descreídas de que se pueda recuperar aquel diálogo político. Aseguran que ‘se quemaron las naves’.

Por otra parte, Gómez tiene el acompañamiento de la agrupación estudiantil  Ideas, que conduce vigorosamente el exdiputado provincial Juan Pablo Santiago Gioja. En la UNSJ son incompatibles con Creando, a pesar de la extracción peronista compartida. El diálogo eventual de acercamiento entre el decano de Arquitectura y los seguidores de Coca tendría que pasar también por un acuerdo difícil entre los alumnos.

De este modo, mientras el espacio de la vicerrectora se verá forzado a superar el dolor y rearmarse tras la pérdida irreparable, quedan al menos otros tres postulantes al Rectorado expectantes: Cocinero, Gómez y Garbarino. Hace tiempo manifestó su intención de competir el exvicerrector y exministro de Gobierno Emilio Fernández. Si volverá a aparecer en la línea de largada o no, por ahora no está claro.

Cocinero es el actual secretario de Obras del Rectorado pero está haciendo campaña diferenciándose de Nasisi. Cuenta con dirigentes de peso como el director del Departamento de Derecho de la FACSO, Conrado Suárez Jofré.

Garbarino es decana de la Facultad de Filosofía. Quedó como la única candidata mujer en carrera. A pesar de las diferencias ideológicas, mantuvo una cálida relación con Coca. Incluso ambas se reconocieron recíprocamente como las alternativas que podían darle a la UNSJ su primera rectora.

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