El gobernador mendocino se prueba el traje para estrenar figuración en la cumbre Piñera-CFK. Pero le juntaron 2.500 personas en la calle para reclamar por la muerte de un pibe en un robo. ¿Tambalea el viaje? Por Sebastián Saharrea
#yovoypormatías fue la consigna en las redes sociales con las que los medios mendocinos –especialmente el portal MDZonline- convocaron a la gente a reclamar por una muerte absurda: la de un joven que murió en un robo. Se reunieron ayer frente a la legislatura provincial alrededor de 2.500 personas que pidieron infructuosamente la presencia del vicegobernador Ciurca. Hubo algún episodio de violencia con la policía, y cada uno para su casa. Pero no demoraron en aparecer las derivaciones: hoy, MDZ se pregunta si debería Paco Pérez suspender su viaje a Chile “ante los acontecimientos” de su provincia.
La inseguridad en Mendoza no es cosa menor: los delincuentes son mucho más violentos que en San Juan y la policía también es mucho más violenta que aquí. Las repercusiones de estos eventos se hacen sentir en la dirigencia política, sin que ninguno le haya encontrado el agujero a la bombilla. A cada gobernador, los ciudadanos cansados de la violencia le pasa la factura.
A Cobos se le frustró la posibilidad de ubicar a un radical como sucesor suyo cuando apareció una mujer embarazada muerta violentamente en la vereda. Jaque siempre naufragó irremediablemente en la ineficiencia preventiva, y apenas se dedicaba a narrar lo que ocurría. Y ahora, le toca sufrirlo a Paco bien temprano.
Pérez está preparando el viaje a Chile para participar de la cumbre entre Cristina y Peñera, a la que también asistirá Gioja y donde se esperan anuncios vitales tanto para el túnel por Agua Negra como para el tren Trasandino, una faraónica obra que une Mendoza con Valparaíso.
Seguramente Paco ni se plantea la posibilidad de abandonar esa marquesina tan esperada por él. Pero es cierto también que viajará con un nudo en la garganta: el de haber sido notificado que la seguridad no es un asunto para surfearlo haciendo la plancha a fuerza de palabras huecas, y que tarde o temprano deberá enfrentar si no quiere quedar enroscado en los alambres como sus antecesores.