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Perfil

El Mauro, mesurado y ganador

El domingo 23 de octubre fue el intendente más votado en toda la provincia. Pro minero confeso. Jefe del último bastión bloquista de la provincia, la Municipalidad de Iglesia.

Por Redacción Tiempo de San Juan

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

De los 3.895 iglesianos que votaron de manera válida el domingo pasado, 3.051 lo eligieron a él. El bloquista Mauro Marinero se convirtió en el intendente récord al alcanzar el 78,33% de los sufragios. Le ganó al heredero de Sergio Uñac en Pocito, Fabio Aballay, que alcanzó el 77,83%. Le ganó al exitoso Walberto Allende, que logró su reelección en 9 de Julio con el 71,46% y completó el podio de los tres intendentes más votados.
El Mauro, como le dicen los correligionarios de la histórica sede partidaria de Mitre y Alem, consiguió que el propio José Luis Gioja le cediera la conformación íntegra de la fórmula departamental, sin competir con ningún justicialista, al contrario de lo ocurrido en 2007. Sólo un par de peronistas dentro de la lista de concejales, intercalados con los bloquistas. Nada más. Un acuerdo inimaginable en cualquier otro distrito.
El Mauro, referente de la generación bloquista de los años ’80, cuando regresó la democracia, se convirtió en el cacique departamental del último bastión que le queda al partido fundado por Federico Cantoni.
Medido en extremo a la hora de hacer declaraciones, contenido al momento de los discursos, su prudencia resultó incómoda y hasta excesiva para el gusto de algunos bloquistas. Sin embargo, tuvieron que reconocerle la efectividad en las urnas. Y se terminó la discusión.
Sin embargo, la mesura en el modo de expresarse no menguó el peso de sus palabras: “Yo soy uno de los principales defensores de la actividad minera”, se definió el iglesiano, anfitrión del proyecto aurífero en producción más importante de la provincia, Veladero. Y no tuvo pruritos en reconocer que le facilitó “todo” a las empresas del rubro para que se radicaran en el municipio cuando le tocó ser jefe comunal en los períodos consecutivos desde 1995 hasta 2003.
 
Los años de infancia
 
Mauro Marinero le debe su nombre a la sugerencia que le hizo el mandamás de Iglesia a su padre, don Roque Marinero, en plena Revolución Libertadora, tras el derrocamiento de Juan Domingo Perón.
El actual intendente nació el 15 de enero de 1956 en Rodeo y nunca se fue del lugar. Allí cursó las escuelas primaria y secundaria. Fue el segundo de 10 hermanos, el primer varón. Por ese motivo, su padre quería llamarlo Roque. Pero no pudo ser.
“En ese momento dicen que había una sola máquina de escribir y la tenía el encargado de la Oficina de Trabajo del pueblo. No sé qué nombre correspondía (por el santoral) y propuso que me pusieran Mauro. Mi padre quería ponerme Roque, pero el jefe de la Oficina de Trabajo lo sugirió”, relató el intendente a TIEMPO DE SAN JUAN.
La infancia fue mechando escuela con trabajo desde los 12 años. Don Roque Marinero era policía, pero en casa eran muchos y los oficios para sumar víveres, innumerables. Producían semillas de chacra, vendían diarios. Mauro colaboraba con su padre. Y escuchaba hablar de bloquismo y cantonismo.
 
La militancia
 
A comienzos de los ’80, cuando finalizaba la dictadura, empezaban las reuniones políticas con mayor o menor disimulo. Ahí Mauro Marinero tomó contacto con su generación: Leopoldo Alfredo Bravo, Enrique Conti, Pedro Rizo, Eduardo Bazán Agrás y, fundamentalmente, Javier Caselles. “Nosotros nos acercábamos a escuchar, éramos jóvenes”, recordó el intendente.
Comenzó su carrera política como presidente de la Juventud Bloquista Iglesiana en el año ‘83 cuando Caselles era presidente de la Juventud Bloquista a nivel provincial.  Ya en el año ‘87 accedió al primer cargo como concejal. El intendente era Alfonso Mini, del PJ, quien tuvo que entenderse con la mayoría bloquista del Concejo Deliberante. Del ‘91 al ’95, Marinero repitió el cargo de edil.
Llegó a la intendencia de Iglesia por primera vez en 1995 a través de la Ley de Lemas, como sublema a la par de bloquistas de mayor experiencia: Ramón Gedeón Anes y Jorge Deguer. Se impuso aún por encima de la ola menemista y escobarista que arrasaba en las urnas sin piedad en toda la provincia.
En el año ‘99 fue reelecto intendente de Iglesia con un sublema dentro de la Alianza, donde estaba inserto el bloquismo. La debacle que vino un par de años después le costó la continuidad: como candidato a diputado departamental, en fórmula con Juan Alberto Pinto como candidato a intendente, cayó frente al justicialista giojista Alfredo Allegui en 2003. “Perdimos por 100 votos”, recordó Marinero.
Le jugó en contra la boleta, aseguró. “Nosotros íbamos con Wbaldino Acosta, pero el arrastre de (José Luis) Gioja pegó fuerte en todos lados”, reflexionó.
En el 2007 volvió a la intendencia, electo por el voto popular, compartiendo boleta con Gioja como candidato a gobernador. Y se consagró como el jefe comunal más votado el 23 de octubre de 2011, con mandato hasta el 2015.

Mano a Mano

 “Soy uno de los principales defensores de la minería”
 
-¿Cómo recibió el resultado de las urnas?
-Este tremendo mandato que nos da la gente con un porcentaje tan alto, requiere que redoblemos el esfuerzo y que pensemos con frialdad como nos vamos a manejar. La única forma de devolverle al pueblo es con trabajo.
 
-¿Tuvo que ver que Ud. fuese defensor de la minería?
-Todo tiene que ver. Todo hace. Yo soy uno de los principales defensores de la actividad minera, vengo desde el año ‘95, con los rastreos y muestreos. Yo estaba como intendente y acá le facilitamos todo a las empresas. Cuando Barrick compró lo que es hoy Veladero y Pascua Lama, nosotros creíamos en la minería y le facilitábamos todo para que ellos pudiesen comprar, para que se pusieran al día con las obligaciones con el municipio. Y cuando estaba como intendente en el año 2002 fue cuando se comenzó con el trabajo en Veladero. Y fue cuando la provincia estableció el 3% de regalías. Además, con otra ley que impulsó en el año 2002 Leopoldo Bravo se le asignó al municipio un porcentaje de las regalías.
 
-¿Cómo es su relación con Gioja?
-Es excelente. Es muy buena. Nos complementamos y nos respetamos. Él sabe de mi ideología yo de la de él. Pero trabajamos muy bien porque no tenemos ningún inconveniente en las políticas. Yo creo que tenemos la misma vocación y la misma interpretación de la política. La única manera es trabajar en función de los intereses mayoritarios. Y coincidimos en la política minera. Y no somos personas conflictivas, ni él ni yo. Cuando asumimos, acordamos que lo que estaba para atrás, si era necesario, lo revisábamos, pero era mejor mirar para adelante.
 
-¿Es consciente de que Iglesia es el último gran bastión bloquista de la provincia?
-Sí, soy consciente de que acá en Iglesia desde hace unos años nosotros sostenemos al partido vigente. Sabemos que en todos los departamentos hay dirigentes valiosos pero no es un buen momento para los partidos provinciales. Es una década muy dura. En una época, antes del cambio de la Constitución Nacional, de esta modificación que entró en vigencia en el año ‘95, los partidos provinciales tenían muy buena representación en el Senado. Pero a partir de ahí todo cambió".

Textuales.
 
“Me gusta el deporte. Todo pero ahora me queda poco tiempo. Cuando hay calendario ciclístico veo por televisión el Tour de France y la Vuelta de España no me la pierdo”.
 
“Admiro a Federico Cantoni, a Perón, a Don Leopoldo. Y ahora el gobernador es una persona muy capacitada con mucha capacidad de gestión”.
 
“Mi sueño para iglesia es que podamos ver el Paso de Agua Negra habilitado todos los días y esto depende del túnel fundamentalmente”.

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