Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan
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De los 3.895 iglesianos que votaron de manera válida el domingo pasado, 3.051 lo eligieron a él. El bloquista Mauro Marinero se convirtió en el intendente récord al alcanzar el 78,33% de los sufragios. Le ganó al heredero de Sergio Uñac en Pocito, Fabio Aballay, que alcanzó el 77,83%. Le ganó al exitoso Walberto Allende, que logró su reelección en 9 de Julio con el 71,46% y completó el podio de los tres intendentes más votados.
El Mauro, como le dicen los correligionarios de la histórica sede partidaria de Mitre y Alem, consiguió que el propio José Luis Gioja le cediera la conformación íntegra de la fórmula departamental, sin competir con ningún justicialista, al contrario de lo ocurrido en 2007. Sólo un par de peronistas dentro de la lista de concejales, intercalados con los bloquistas. Nada más. Un acuerdo inimaginable en cualquier otro distrito.
El Mauro, referente de la generación bloquista de los años ’80, cuando regresó la democracia, se convirtió en el cacique departamental del último bastión que le queda al partido fundado por Federico Cantoni.
Medido en extremo a la hora de hacer declaraciones, contenido al momento de los discursos, su prudencia resultó incómoda y hasta excesiva para el gusto de algunos bloquistas. Sin embargo, tuvieron que reconocerle la efectividad en las urnas. Y se terminó la discusión.
Sin embargo, la mesura en el modo de expresarse no menguó el peso de sus palabras: “Yo soy uno de los principales defensores de la actividad minera”, se definió el iglesiano, anfitrión del proyecto aurífero en producción más importante de la provincia, Veladero. Y no tuvo pruritos en reconocer que le facilitó “todo” a las empresas del rubro para que se radicaran en el municipio cuando le tocó ser jefe comunal en los períodos consecutivos desde 1995 hasta 2003.
Los años de infancia
Mauro Marinero le debe su nombre a la sugerencia que le hizo el mandamás de Iglesia a su padre, don Roque Marinero, en plena Revolución Libertadora, tras el derrocamiento de Juan Domingo Perón.
El actual intendente nació el 15 de enero de 1956 en Rodeo y nunca se fue del lugar. Allí cursó las escuelas primaria y secundaria. Fue el segundo de 10 hermanos, el primer varón. Por ese motivo, su padre quería llamarlo Roque. Pero no pudo ser.
“En ese momento dicen que había una sola máquina de escribir y la tenía el encargado de la Oficina de Trabajo del pueblo. No sé qué nombre correspondía (por el santoral) y propuso que me pusieran Mauro. Mi padre quería ponerme Roque, pero el jefe de la Oficina de Trabajo lo sugirió”, relató el intendente a TIEMPO DE SAN JUAN.
La infancia fue mechando escuela con trabajo desde los 12 años. Don Roque Marinero era policía, pero en casa eran muchos y los oficios para sumar víveres, innumerables. Producían semillas de chacra, vendían diarios. Mauro colaboraba con su padre. Y escuchaba hablar de bloquismo y cantonismo.
La militancia
A comienzos de los ’80, cuando finalizaba la dictadura, empezaban las reuniones políticas con mayor o menor disimulo. Ahí Mauro Marinero tomó contacto con su generación: Leopoldo Alfredo Bravo, Enrique Conti, Pedro Rizo, Eduardo Bazán Agrás y, fundamentalmente, Javier Caselles. “Nosotros nos acercábamos a escuchar, éramos jóvenes”, recordó el intendente.
Comenzó su carrera política como presidente de la Juventud Bloquista Iglesiana en el año ‘83 cuando Caselles era presidente de la Juventud Bloquista a nivel provincial. Ya en el año ‘87 accedió al primer cargo como concejal. El intendente era Alfonso Mini, del PJ, quien tuvo que entenderse con la mayoría bloquista del Concejo Deliberante. Del ‘91 al ’95, Marinero repitió el cargo de edil.
Llegó a la intendencia de Iglesia por primera vez en 1995 a través de la Ley de Lemas, como sublema a la par de bloquistas de mayor experiencia: Ramón Gedeón Anes y Jorge Deguer. Se impuso aún por encima de la ola menemista y escobarista que arrasaba en las urnas sin piedad en toda la provincia.
En el año ‘99 fue reelecto intendente de Iglesia con un sublema dentro de la Alianza, donde estaba inserto el bloquismo. La debacle que vino un par de años después le costó la continuidad: como candidato a diputado departamental, en fórmula con Juan Alberto Pinto como candidato a intendente, cayó frente al justicialista giojista Alfredo Allegui en 2003. “Perdimos por 100 votos”, recordó Marinero.
Le jugó en contra la boleta, aseguró. “Nosotros íbamos con Wbaldino Acosta, pero el arrastre de (José Luis) Gioja pegó fuerte en todos lados”, reflexionó.
En el 2007 volvió a la intendencia, electo por el voto popular, compartiendo boleta con Gioja como candidato a gobernador. Y se consagró como el jefe comunal más votado el 23 de octubre de 2011, con mandato hasta el 2015.
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