El error, el olvido o la gruesa falla técnica de un fiscal le jugó en contra a la misma Justicia y en un hecho insólito tuvieron que absolver y liberar a un ladrón que semanas atrás fue detenido in fraganti cuando saqueaba un centro infantil del Estado en Chimbas. Pese a que existían pruebas incontrastables, que el propio acusado casi admitió el robo y tenía asegurada la condena, llegado el juicio el fiscal no pudo sostener la acusación debido al equívoco de un par suyo y al juez del caso no le quedó otra salida que resolver a favor del delincuente.
La increíble situación se dio en la mañana de este viernes en la primera audiencia de un juicio del Sistema de Flagrancia, que para sorpresa de muchos culminó con Facundo Rubén Juárez –el acusado- libre, con una sonrisa de oreja a oreja y abrazado a su defensor, el abogado Mario Morán.
Es que el joven de 24 años se salvó de una condena prácticamente asegurada y que lo enviaran al penal de Chimbas. Esto porque cuenta con una pena de 3 años de prisión de cumplimiento condicional por un robo anterior.
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El lugar. El robo se produjo en este Centro Infantil dependiente del gobierno.
La causa que dio origen al escándalo se inició el 11 de julio último cuando Facundo Juárez, su hermano Leonel y un adolescente fueron detenidos por la Policía en el interior del Centro Infantil Santa Lucía, en Chimbas, intentando llevarse un aire acondicionado, explicaron fuentes judiciales. Ya antes habían sustraído otros efectos de dicho predio dependiente de la Dirección de la Niñez.
La causa pasó al Sistema Flagrancia e intervino el fiscal Roberto Mallea, que pertenece a la UFI ANIVI, pero que en esa ocasión subrogaba al fiscal Carlos Rodríguez. El adolescente apresado despegó por ser menor de edad, mientras que el 13 de julio los hermanos Facundo y Leonel Juárez fueron llevados ante el juez Carlos Lima para responder por el delito de robo calificado por escalamiento.
En esa audiencia, el abogado Morán consiguió que a Leonel Juárez le concedieran la suspensión de juicio a pruebas y de esa manera zafó de una condena por la falta de antecedentes. En el caso de Facundo, el letrado propuso un juicio abreviado con una pena de 2 años de prisión, siempre y cuando cambiaran la calificación del delito. De hecho, el fiscal Roberto Mallea estuvo de acuerdo, pero el juez Lima se opuso en razón a las pruebas y la gravedad del delito.
Según explicaron, es un requisito ineludible que el fiscal exprese e invoque en la audiencia toda la prueba para ir a juicio; caso contrario, no puede sostener la acusación. En este caso, eso no sucedió.
Cerrada la posibilidad de un acuerdo, el juez Lima resolvió que el caso pase a juicio –a realizarse más adelante-. Previo a eso, en esa audiencia el fiscal Mallea debía enumerar los elementos existentes contra Facundo Juárez e invocar las pruebas, en especial precisar todos los testigos que se citarían en el debate para respaldar la acusación. Todo eso debe quedar expresado y registrado en la audiencia. Sin embargo, el representante del Ministerio Público Fiscal no se ajustó al procedimiento y los mencionó muy al pasar, sin individualizar a los testigos, explicó un funcionario.
La audiencia terminó de esa manera, pero con ese detalle procesal que después se le volvería en contra a la fiscalía y jugaría a favor del acusado y su abogado defensor. Es que el abogado Morán tomó nota del error garrafal del fiscal y se la guardó para explotarlo a la hora del juicio. En ese debate ya no intervendría Lima sino otro magistrado.
Y así sucedió. Este viernes 2 de agosto, fecha prevista para el inicio del debate, el abogado defensor expuso ante el juez Ricardo Moine el grave error procesal cometido por el fiscal Mallea en la audiencia del 13 de julio y remarcó que no se podía avanzar con el juicio sin pruebas ni testigos. El fiscal Carlos Rodríguez, que tomó la posta de su colega, admitió resignado que no tenía cómo sostener la acusación por esa falla insalvable y finalmente pidió la absolución de Facundo Juárez.
El juez Moine tampoco pudo hacer nada. No se podía volver atrás y se exponía a que la defensa, con toda la razón, pidieran la nulidad. Fue así que el magistrado no tuvo más salida que absolver y liberar al joven delincuente que fue apresado in fraganti cuando robaba en un centro de asistencia para niños del Estado.