A más de 48 horas del brutal crimen de Nicole Bajinai, el sujeto que le disparó en la cabeza y acabó con su vida se presentó frente al juez de Garantías y fue acusado formalmente por el homicidio. En ese contexto, Juan Alfredo “Chato” Carrizo rompió el silencio y contó su versión de los hechos, en la que dejó ver su estrategia de auto defensa.
Luego de escuchar atentamente la secuencia de los hechos que expuso la fiscalía, el imputado que fue enviado directo al Penal de Chimbas aseguró que no tuvo intenciones de matar a la joven de 22 años, sino que usó su arma de fuego para amedrentar a la masa de personas que pretendían ingresar a la casa de su hermano.
Después de evitar ver el cuerpo sin vida de la víctima, el que fue exhibido como prueba por parte del Ministerio Público, Carrizo, que hasta ese momento estaba tranquilo, se llevó las manos en la cara y se mostró angustiado. Quien había estado con las manos juntas y casi sin inmutarse ante las descripciones del fiscal Francisco Micheltorena -y su ayudante fiscal Emiliano Pugliese-, pareció quebrarse.
No lloró, pero cuando tuvo la oportunidad de hablar, lo hizo. Recordó los días anteriores, manifestó que la tensión en el Barrio Echeverría creció hasta ese punto, en que todo estalló con el asesinato. Culpó a la familia Bajinai por ser conflictiva y estar vinculada al narcotráfico y aseveró que se trató de un accidente. Confesó que tenía el arma de fuego porque tenía miedo a un ataque de parte de estos y que la usó, casi, sin darse cuenta.
Indicó que, luego de enfrentamiento ocurrido en Catamarca y Benavídez, la disputa continuó en la puerta de la casa de su hermano Kevin Carrizo, donde estaba parando los últimos días. Como era el único hombre en la casa y frente a la supuesta invasión de violentos al domicilio, manifestó que se vio en la obligación de actuar; que tomó el arma, la apuntó hacia quienes trataban de entrar y que, por un golpe, el revólver se gatilló.
Como si hubiera sido un accidente, expresó que quedó en shock por lo sucedido y frente a las represalias que podría recibir de parte de los familiares de la víctima, huyó por su propia vida. "No fue mi intención lastimar a esa chica y que de esa manera ella perdiera su vida", sostuvo frente al juez Sergio López Martí.
El homicida, que pasará un año con prisión preventiva, admitió tener miedo a que los familiares de la víctima lo busquen estando tras las rejas y hagan justicia por mano propia. Pidió estar solo en una celda, "donde pueda cumplir toda la condena necesaria" y, aunque no pidió perdón por la fatalidad, se mostró arrepentido por sus hijos.
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Embed - Lo confesó: el homocida de Bajinay contó cómo fue el crimen del barrio Echeverria