Un ladrón fue sentenciado a pasar cinco años en el penal de Chimbas. El condenado, identificado como Armando Michel Cristofoletti Marinero, robó el último jueves $171 mil de una casa en Capital y amenazó de muerte a una mujer.
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SUSCRIBITEEl robo ocurrió el pasado jueves durante la mañana en una casa de Capital. Armando Michel Cristofoletti Marinero recibió esa condena por ser reincidente.
Un ladrón fue sentenciado a pasar cinco años en el penal de Chimbas. El condenado, identificado como Armando Michel Cristofoletti Marinero, robó el último jueves $171 mil de una casa en Capital y amenazó de muerte a una mujer.
Todo ocurrió cerca de las 10:30 horas en una vivienda ubicada en inmediaciones de la esquina de Paula Albarracín de Sarmiento y Sargento Cabral. Cristofoletti escaló la medianera frente de la vivienda, luego rompió un vidrio de una puerta del fondo que tenía la llave puesta, la abrió y finalmente ingresó.
Comenzó a buscar en las habitaciones hasta que encontró en una mesa de luz $171.000. Estaban en billetes de $1.000. Sacó una campera de la víctima marca Puma y la utilizó.
En ese momento, el victimario escuchó ruidos dentro de la casa. Vio a una mujer, a quien le tapó la boca y la hizo caer. La amenazó de muerte: “Dame la plata, dame el celular, te voy a matar con un cuchillo”. Hizo que la damnificada desbloqueara el teléfono y se lo sacó de las manos.
Un vecino observó la situación y dio aviso al propietario del lugar. Los dos hombres llegaron a la casa cuando Cristofoletti se escapaba por el fondo de la vivienda.
Mientras tanto, personal policial llegó al lugar tras el aviso de los vecinos. Arribaron cuando el delincuente tenía un forcejeo con la víctima del robo. Lo aprehendieron con el celular robado a la mujer, los $171 mil, la campera Puma y un celular propiedad de Cristofoletti. Luego lo detuvieron e iniciaron los procedimientos judiciales correspondientes.
Este viernes, Cristofoletti fue condenado por la Justicia sanjuanina. Lo condenaron a la pena de dos años, pero es reincidente y fue sentenciado a cinco años en el Servicio Penitenciario Pronvicial.
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