Tres cuatreros fueron detenidos el fin de semana tras robar y carnear dos vacas de un puesto en un paraje de Angaco. Los efectivos de la Policía Rural secuestraron 180 kilos de carne vacuna, municiones y cuchillos, además de un ave enjaulada. Los animales sacrificados pertenecían a un puesto de la zona.
Los detenidos fueron identificados como Sebastián Vázquez, de 27 años, Víctor González, de 28, y Juan Pastén, de 35, todos domiciliados en el mismo departamento Angaco, informó la Policía. Todos ellos quedaron acusados del delito de abigeato y a disposición del Tercer Juzgado de Instrucción. Uno de los sospechosos tenía antecedentes por cuatrerismo.
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Ocultamiento. La carne faenada estaba envuelta con unas carpas y oculta debajo de unos árboles en un lugar desolado, en las afueras de Angaco.
A estos sujetos los descubrieron el sábado en la siesta, en unos campos en la zona del paraje Difunta Teresa en Angaco. Alguien llamó a la Policía para denunciar que estos hombres, a bordo de motos enduro, había robado y matado animales en un puesto distante a 30 kilómetros del paraje.
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Armados. Estas son las municiones que llevaban los cuatreros. No encontraron los rifles ni las carabinas.
Los uniformados de la División Policía Rural partieron hacia la zona y realizaron un rastrillaje, incluso utilizando un dron, para localizarlos. Al rato lograron localizar a los sospechosos y se los detuvo tras una corte persecución. Ahí se les secuestraron cuchillos, dos handys y las tres motos enduro.
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Motorizados. Uno de los detenidos en uno de los rodados en el que se movilizaba.
Todo hacía suponer que los sujetos se habían despojado de sus armas y los animales despostados. Fue así que los efectivos de la Policía Rural continuaron con la búsqueda en los alrededores hasta que encontraron restos de animales, un total de 180 kilos de carne. También hallaron ropa y una cantimplora con restos de sangre, más 11 cartuchos calibre 7,62 aptos para carabina, 10 cartuchos de calibre 16 y una jaula con un ave benteveo.
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Cueros. Uno de los policías exhibe los cueros de los animales sacrificados.
Los policías tomaron conocimiento más tarde que los animales robados y faenados pertenecían a un puestero de apellido Martínez, quien radicó la denuncia en la Comisaría 20ma por la desaparición de sus animales.