Después del violento ataque de rugbiers en Villa Gesell que le provocó la muerte a un joven de 18 años, resulta inevitable recordar un episodio similar que ocurrió en la noche sanjuanina hace 6 años atrás, cuando un hockista agredió brutalmente a otro joven y lo mandó al hospital. Si bien existen diferencias entre un caso y otro, ya que afortunadamente no tuvo un trágico final y el agresor fue uno solo, tienen un punto en común: la violencia incontenible de deportistas en los boliches.
En octubre de 2014, en un conocido local bailable de la provincia, Mauricio Maturano resultó gravemente herido luego de que un sujeto -identificado como Matías Lahoz- lo atacara salvajemente. Por ser gay y estar de la mano con otro hombre -como si eso fuera un motivo para hacerlo- el jugador de hockey sobre patines descargó su furia contra él y lo lesionó severamente, al punto de dejarlo inconsciente.
Acorde a los registros policíacos de la denuncia, cuando Maturano bailaba junto a un grupo de amigos recibió un fuerte golpe en la cabeza por detrás que lo tomó por sorpresa y lo derribó al suelo. Ahí mismo testigos aseguraron que continuó pateándolo, dejándolo sin conocimiento. Ante la la escena, otras personas debieron intervenir para separarlo y calmarlo. Consultado el agresor por la gente que se encontraba en el lugar sobre el por qué de su reacción, alegó que lo hacía porque era un 'puto', en una clara demostración de la homofobia de su accionar.
El joven agredido, abogado del INADI, fue trasladado de urgencia al Hospital Guillermo Rawson, mientras que Lahoz fue detenido esa noche y quedó a disposición del juez del Quinto Juzgado Correccional, Matías Parrón, quien tres años después le dictó el procesamiento por lesiones leves. No obstante, el caso tuvo una resolución por mora judicial, la causa expiró y el agresor no fue condenado en el fuero penal.
La víctima de aquel salvajismo habló con Tiempo de San Juan, se solidarizó con la familia del joven asesinado Fernando Báez Sosa y repudió lo sucedido. "Repudio enérgicamente lo sucedido en Villa Gesell que le costó la vida a otra persona, me solidarizo con la familia, amigos y seres queridos del joven víctima. Me pone mal recordar esa situación, yo también fui víctima de un ataque violento motivado por el odio del agresor hacia el colectivo que visibilizo. Salvando las diferencias de contexto y resultado en los hechos, para mi suerte en ese momento estaba acompañado por amigos, en un lugar con seguridad y el atacante fue uno solo", manifestó.
Sobre la causa que no prosperó sostuvo: "El imputado fue procesado en primera instancia penal y condenado civilmente por los daños y perjuicios ocasionados hacia mi persona. La instrucción de la causa demoró en exceso el procesamiento y permitió que no se llegara a etapa de juicio, por vencimiento de los plazos procesales luego que de la defensa del imputado apelara el fallo".