Un golpe armado con olor a “entregada”. Esa es la sospecha que existe en torno a un violento atraco cometido por tres encapuchados, que redujeron a punta de revólveres a un viejo empresario hotelero y a otras siete personas en una casa de Concepción y se alzaron con 80.000 pesos en efectivo.
Esto sucedió el lunes alrededor de las 10.30 en el domicilio de Juan Carlos Garramuño (88), conocido en el mundo de los hoteles alojamientos, sobre la calle Salta casi esquina Cereceto, en Concepción, Capital. A esa hora, el viejo empresario acababa de levantarse y estaba en compañía de su hijo Alberto, de una amiga llamada Mirtha y su empleada Liliana Ávila. También se encontraban una allegada a la familia, de apellido Vitar, junto con un hermano, su sobrino y un obrero que fueron a llevarle un aire acondicionado, relató el propio Garramuño.
Según contaron, en un momento dado Mirtha salió al fondo de la casa y a los pocos minutos, desde ese mismo sector, aparecieron dos encapuchados portando revólveres. “Manos arriba”, fue lo primero que dijeron cuando irrumpieron en la cocina comedor y encañonaron a Juan Carlos Garramuño, a su hijo, a la empleada y a las otras cuatro personas. “Me pusieron el arma en la cabeza y me gritaron: no te muevas, que te mato…”, relató el anciano, quien explicó que los delincuentes ordenaron a todos a dirigirse al dormitorio principal. “Como que venían sabiendo adónde llevarnos, conocían todo”, agregó el hombre mayor.
A Garramuño, a su hijo y a los otros tres hombres los obligaron a tirarse al suelo y lo maniataron. La empleada y la otra mujer también quedaron tendidas en el piso. Después entró un tercer ladrón trayendo a Mirtha, a la que dejó junto al resto de las víctimas. A todo eso, otro de los delincuentes empezó tironear de los bolsillos del pantalón del empresario hasta que le sacó la billetera con 20.000 pesos y documentación personal, denunciaron. También revisaron el placard del dormitorio y sacaron una caja metálica en la que guardaba 60.000 pesos. Este dinero eran los ahorros de la jubilación de Garramuño y de la pensión de su mujer fallecida.
Garramuño está convencido que alguien dio información sobre el dinero que tenía y dónde lo guardaba y que dejó abierta la puerta para que entraran los ladrones. Eso es lo que investiga la Policía. Por ahora, de lo único que tienen certeza es que los encapuchados escaparon con un total de 80.000 pesos.