El último sábado en Pocito, una camioneta que se desplazaba a gran velocidad, perdió el control, se subió a la vereda y atropelló a dos nenes de 3 y 5 años que milagrosamente sobrevivieron al fuerte impacto y sólo sufrieron fracturas. Por el hecho, el conductor que quedó detenido fue sometido a dos controles de rutina: el dosaje para determinar si tenía alcohol en sangre y el narco test para saber si había consumido otro tipo de sustancia.
A cinco días del siniestro, fuentes oficiales confirmaron que quien conducía la Toyota Hilux que embistió a los chiquitos -identificado como Germán Fernández- dio negativo en la prueba de alcoholemia mientras esperan por el resultado del otro control que directamente será remitido al juzgado correccional que interviene.
En un principio, se sospechó que podía haber estado en estado de ebriedad por los testimonios de las personas que presenciaron el hecho. Pero ahora, con el análisis, quedó descartado de plano.
Además, confirmaron que los investigadores descartaron que haya estado corriendo una picada como sostenían algunos testigos de la escena que, a juzgar por los videos que trascendieron, se mostró caótica. "No había otro auto en las inmediaciones que haya estado circulando al mismo tiempo que la camioneta", sostuvo el comisario Jorge González.
Frente a las dudas que surgen sobre las causas que originaron el incidente que pudo ser una tragedia, el jefe de la Seccional Séptima señaló que el registro de las cámaras de seguridad instaladas en la zona -Aberastain y Calle 11- será clave para determinar qué fue lo que sucedió, ya que el conductor habría estado en sus cabales al momento del choque.
¿Una falla técnica? ¿Una mala maniobra?; son preguntas que por estas horas se hacen los peritos y que podrían ser respondidas con las imágenes que captaron el momento justo del siniestro.