Por calle Rivadavia, entre Aberastain y Caseros, frente a la plaza, todos los días puede verse el carrito de Roberto, donde desde lo lejos se observa el vapor de una bebida caliente, perfecta para esta época del año. Desde las 7 de la mañana está firme, ofreciendo desayuno al paso de lunes a viernes, llueva, corra viento o haga frío.
Si bien lleva 40 años dedicado a la venta de café ambulante, detrás de su rol de cafetero hay una historia que pocos conocen. Roberto Robledo es ex combatiente de Malvinas. “Estuve en el servicio militar de joven, me tocó ir a las Islas Malvinas y cuando regresé me dediqué a esto. Toda la vida fui comerciante, pero esta es una de las actividades que más me gustan y más disfruto”, comenta el trabajador a Tiempo de San Juan.
Sus jornadas inician bastante temprano, sobre las 4:30 a 5 de la madrugada. Nacido y criado en Concepción, parte de su domicilio hasta su carrito donde ofrece café y café con leche, además de alguna semita o factura. Varios son los termos que decoran su reducido espacio de trabajo donde afortunadamente a media mañana por lo general tiene la mayoría de la venta concretada, pero asegura que como en todos lados, esta difícil la situación. Pese a ello, no se mueve de su lugar hasta pasado el mediodía.
Sus comienzos fueron en la puerta del Hospital Privado, pero con el paso de los años se trasladó hacia el oeste, sobre la misma cuada. “Siempre he trabajado de esto, de manera particular. Estoy esperando la jubilación como ex combatiente de Malvinas, pero no puedo dejar de trabajar”, remarca.
A la intemperie, Roberto le pone mucha dedicación a cada café que prepara desde primera hora. Algunos clientes son de paso, pero reconoce que después de tantos años en la misma cuadra, hay personas que no solo son clientes, sino amigos. “Pasamos la mañana charlando, hablamos de las noticias o de cosas que nos pasan. Me encuentro con gente buena por suerte”, asegura.
La crudeza del invierno no le resulta un impedimento para estar cada mañana en su lugar, trabajando, manteniéndose activo. “A mí me gusta lo que hago. Extraño cuando no vengo que ni vacaciones me tomo”, finalizó.