Carmen Barbieri confesó, en más de una ocasión, que “no hay amigos en el mundo del espectáculo”, y eso acaba de quedar confirmado de una manera contundente por lo que acaba de ocurrir entre dos queridas figuras: hablamos del conductor Tomás Dente y Ximena Capristo, ex participante de “Gran hermano” y ex integrante de “El Debate de Gran Hermano”.
Todo comenzó cuando, como panelista invitada a LAM, el programa de Ángel de Brito, la joven declaró que Dente había sido recepcionista de un “spa gay” y sus tareas excedían lo meramente administrativo.
Embed - ¿Qué le pasa a TOMÁS DENTE?
Apenas se enteró de estas declaraciones, el conductor salió a responderle con los tapones de punta: “Capristo vivía en la calle Las Heras y Ayacucho con la mamá y con la hermana. Lo que me contaron, porque tengo el testimonio de quien era encargado en ese momento, es que no las querían por sucias, por gritonas y por conventilleras”
Y agregó: “Pero lo peor de todo es que las terminan rajando a las tres del edificio y quedaron debiendo un montón de expensas. El encargado no las aguantaba más, los vecinos no las soportaban más. Las rajan del edificio o ellas, tal vez, motu proprio, deciden irse”.
Dente luego contó que la joven habría contratado, para la producción de un programa de entretenimientos donde trabajaba, a su madre: “Ximena era como la figurita del momento, recién egresada de ‘Gran Hermano’. ¿Y a quién mete en la producción a trabajar? A la mamá. Ximena metió a la mamá y había juegos en vivo. Era una época en la que ibas a la TV y te llevabas un buen premio en vivo”.
Tomás contó: “La mamá, ladinamente, les cobraba a las personas que iban a participar un cachet, (…) y no solo eso, sino que se quedó con el 50 por ciento del premio que ganó una señora”.
El conductor cerró el tema diciendo: “Ximena hizo de todo, pero siempre termina en los paneles de ‘Gran Hermano’, peleando con los pibes que salen de la casa”.