Romina se fue de la casa de “Gran Hermano” y se llevó con ella a Caramelo, una de las dos mascotas que había en la casa.
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SUSCRIBITERomina se fue de la casa de “Gran Hermano” y se llevó con ella a Caramelo, una de las dos mascotas que había en la casa.
El problema es que Mora, la hermana de Caramelo, extraña a su compañero y no para de llorar mientras lo busca desesperadamente por todo “Gran Hermano”.
La situación generó una gran angustia en los televidentes que exigen la devolución de Caramelo a “la casa más famosa del país” para que la pobre Mora deje de llorar y recupere su alegría natural.
En los videos que se viralizaron puede verse a la perrita corriendo por todo el lugar e intentando subirse a las sillas para ver si su hermano está escondido allí, lejos del alcance de su vista.
Un usuario sintetizó muy bien lo que siente gran parte del público frente a estas tristes y dramáticas escenas: “Morita buscando a su hermanito Caramelo que se llevó Romina y separó sin importarle el bienestar de ninguno de los dos perritos”.
Mirá el video aquí:
En febrero pasado se sumaron a la casa Caramelo y Mora. Los perritos fueron asignados por la producción del ciclo a los participantes de “Gran Hermano” quienes debían ocuparse de mantenerlos limpios y bien alimentados.
Sin embargo, a veces, la situación se les fue completamente de la mano: por ejemplo, el 20 de febrero, cuando los concursantes recibieron la visita de sus familiares, Caramelo se cayó a la pileta y solo pudo ser rescatado a último momento, cuando ya estaba a punto de ahogarse.
Esto hizo que Santiago del Moro les hiciera una dura advertencia a todos los integrantes de “Gran Hermano” para que fueran más cuidadosos con las pequeñas mascotas que tienen a su cargo.
Otra situación muy incómoda se vivió (y fue denunciada por los cibernautas) cuando Rodolfo, el padre de Nacho, golpeó a Mora en el hocico varias veces para que se alejara del cesto de basura al grito de: “¡Dale!, ¡no!, ¡vaya para allá!”.
Cuando lo cuestionaron por su accionar, el hombre se justificó con un argumento que causó repudio: “¡Hay que ponerles límites, chicos!”.
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