Una situación insólita se vivió el jueves en un colectivo de la línea 2 que va a Los Corralitos. Tres ladrones -a juzgar por su apariencia serían menores de edad- subieron al transporte público y mientras uno apuntaba al chofer, los otros robaron a los pasajeros, informó Cinthia Alvea para el diario mendocino Los Andes.
Pero una joven de unos 20 años se resistió al atraco y mediante insultos y patadas logró que se bajaran. Sólo alcanzaron a llevarse una mochila.
"Antes de bajarme le agradecí y me preguntó por qué, si ella no había hecho nada”, dijo una pasajera de 34 años que iba a bordo del interno 22, el jueves cerca de las 21.30 por Bandera de los Andes, a metros del canal Pescara.
Apenas unos minutos antes, el colectivo había parado frente al barrio La Palaya de Guaymallén. Allí subieron tres chicos, dos bajos y uno más alto.
Este último amenazó con un arma (posiblemente una tumbera) al chofer, obligándolo a detenerse. Mientras, los otros dos recorrieron el rodado -iba casi lleno- despojando de sus objetos de valor a algunos de los pasajeros.
"Eran selectivos. Les robaban a los que consideraban más débiles como los adolescentes”, dijo la testigo a este diario.
Hasta que en medio de esa situación llegaron a una distraída pasajera. "No se había dado cuenta de que había un ladrón con armas y cuando los sujetos le pidieron sus cosas comenzó a insultarlos y patearlos. Les gritó "qué me venís a robar” y se paró y los empezó a empujar.
En ese momento también se sumó un chico y la ayudó. Los ladrones gritaron "vamos” y bajaron por la puerta de adelante hasta que desaparecieron”, agregó la pasajera.
Mientras esto sucedía, a pocas cuadras se producía un asalto domiciliario donde fue asesinado un ladrón.
"Después de eso tuvimos que calmar a la chica que nos decía que no podíamos permitir que nos robaran cuando nosotros éramos más. Nos decía que nos teníamos que defender. Es menudita y de mediana estatura pero con mucho carácter”, enfatizó la mujer entrevistada por Los Andes.
Si bien el chofer quiso llevar al adolescente al que le robaron la mochila a la comisaría, debió seguir su recorrido. "Después del robo, nos topamos con un control policial pero prácticamente no nos prestaron atención. Más adelante había más policías y ellos sí preguntaron si estábamos bien y hablaron con el chico al que le habían robado. El chofer también actuó muy bien porque hasta le dio su teléfono al adolescente que perdió la mochila”, dijo la mujer que hace ese recorrido de manera habitual y que manifestó que en varios trayectos siente miedo por robos o porque suben personas que los "obligan” a pagarles el pasaje.
"Hemos optado por tener dos Red Bus: una con el abono y la otra para esos casos”, explicó la mujer, refiriéndose a la inseguridad que vive.