En los últimos meses se lo vio a Joe Biden, en algún estrado y tras terminar algún mensaje, estirar el brazo para estrechar la mano de … ¡nadie!
Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEEn los últimos meses se lo vio a Joe Biden, en algún estrado y tras terminar algún mensaje, estirar el brazo para estrechar la mano de … ¡nadie!
Esto se hizo tan frecuente que los norteamericanos ya lo bautizaron como “el saludo fantasma”.
Ayer lo hizo nuevamente, haciendo la venia a un militar inexistente, y luego perdiéndose en el escenario, sin saber para donde ir.
A este desvarío, se suman algunas situaciones políticas que complican mucho la imagen de Biden, a pocos días de la elección de medio término.
Cuestiones como un freno en el crecimiento, una inflación pocas veces vista, o el presunto pedido de su hijo a una oligarca rusa de 40 millones de dólares para conseguirle una reunión con su padre, pusieron en su contra a buena parte de la opinión pública de su país, y a varios medios que hasta último momento trataban de sostenerlo.
Biden, afirman, tiene intenciones de ir por la reelección en 2024, algo que muestra aún más desconexión con la realidad de lo que muestran sus actos.
En punta pica, para su sucesión, si vicepresidenta Kamala Harris. Aunque las chances de que Estados Unidos tenga por fin su primera presidenta afrodescendiente podría chocar contra el paredón republicano, quienes hoy por hoy, con Trump o con otro candidato, podrían quedarse con el gobierno.
Contenido especial