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SUSCRIBITESegún documentos declasificados, a través de un vidente la central de inteligencia norteamericana habría hallado el tesoro oculto por los templarios que contendría los Diez Mandamientos.
Según documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), uno de los artefactos más buscados en la historia de la humanidad, el Arca de la Alianza, habría sido localizada durante experimentos de "visión remota" realizados por Estados Unidos en 1980.
Este hallazgo, tan controversial como fascinante, reaviva el interés por un objeto mítico que capturó la imaginación colectiva durante milenios.
En diciembre de 1988, como parte del proyecto secreto Sun Streak, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos realizó experimentos con individuos denominados "espectadores remotos", personas supuestamente dotadas de capacidades clarividentes que les permitían proyectar su conciencia para obtener información sobre objetos distantes.
Aunque la visión remota es considerada por la comunidad científica como una pseudociencia sin evidencias creíbles, la agencia dedicó recursos significativos a explorar este campo durante la Guerra Fría.
Según los documentos desclasificados en el año 2000, el "espectador remoto Nº 32" fue asignado a localizar un objeto denominado "Arca", sin conocer específicamente qué se buscaba.
Las descripciones proporcionadas por el vidente coincidían de manera sorprendente con las características tradicionales del objeto sagrado, un contenedor de madera decorado con oro y plata, adornado con serafines en sus esquinas y con una forma similar a un ataúd.
Según el informe, este relicario se encontraría en algún lugar del Oriente Medio, oculto bajo tierra en un entorno oscuro y húmedo. El vidente también mencionó la proximidad de edificios con cúpulas de mezquitas, lo que sugiere que la ubicación podría estar en una zona de influencia islámica.
Uno de los aspectos más fascinantes del informe es la afirmación de que el objeto estaría "protegido por entidades", que eliminarían a cualquiera que intentara dañarlo o abrirlo sin permiso, nte un "poder desconocido para nosotros".
Según la tradición judeocristiana, el Arca de la Alianza era un cofre de madera recubierto de oro que contenía las dos tablas de piedra con los Diez Mandamientos entregados por Dios a Moisés.
Construida aproximadamente entre los siglos XIII y XVI a.C., representaba la presencia divina entre el pueblo de Israel y era considerada el objeto más sagrado del judaísmo.
Su desaparición, documentada tras la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por los babilonios en el 586 a.C., dio lugar a numerosas teorías sobre su paradero.
Algunas tradiciones etíopes afirman que se encuentra en la Iglesia de Santa María de Sión en Axum. Otras teorías sugieren que fue ocultada en cuevas bajo el Monte del Templo en Jerusalén o trasladada a lugares tan distantes como Europa o incluso América.
Aunque históricamente los Caballeros Templarios surgieron siglos después de la desaparición del Arca de la Alianza, diversas teorías los vinculan con su custodia.
Durante su presencia en Jerusalén tras la Primera Cruzada (1099), los templarios establecieron su cuartel general en el Monte del Templo, precisamente donde se cree que estuvo el objeto originalmente.
Algunas teorías sugieren que los templarios habrían descubierto el Arca de la Alianza durante excavaciones en el Monte del Templo, manteniéndola en secreto y utilizando su poder como fuente de su influencia.
De hecho, la súbita riqueza de la orden y su enigmático final, con la persecución ordenada por Felipe IV de Francia en 1307, alimentó especulaciones sobre tesoros ocultos.
Joe McMoneagle, uno de los primeros coordinadores de sesiones de visión remota para la CIA, calificó esta sesión particular como "fraudulenta" y expresó su escepticismo.
Como señaló para New York Post: "Si alguien afirma que la visión remota prueba la existencia de algo, como el Arca de la Alianza, debe presentar el Arca para fundamentar su afirmación."
La popularidad cultural del Arca de la Alianza, particularmente tras el éxito de la película "En busca del Arca perdida" de Steven Spielberg en 1981, contribuyó a mantener vivo el interés por este artefacto.
Sin embargo, la línea entre la investigación histórica rigurosa y la especulación pseudocientífica a menudo se desdibuja cuando se trata de objetos de tal significado religioso.
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