Alejandro Vigil es el presidente de Wines of Argentine (WOFA) y hoy presidió en San Juan la reunión anual de directorio. El ingeniero agrónomo y enólogo argentino, llamado “el Messi” de los vinos argentinos y uno de los 100 mejores “Master Winemakers” del mundo según la crítica internacional, habló con Tiempo de San Juan de la vitivinicultura argentina y sanjuanina.
¿Cómo ve el mundo a los vinos argentinos? Para Vigil, los vinos mendocinos (no los sanjuaninos) han adquirido un crecimiento y conocimiento mundial, pero asegura que la viticultura argentina es poco conocida. “Tan poco conocida que solo somos el 2,5 % del mercado mundial, con lo cual; esto recién comienza con la vitivinicultura argentina”, opinó. Al referirse a San Juan, dijo que el mercado externo ha adquirido “algún” conocimiento gracias al Valle de Pedernal o el de Barreal, pero consideró que “aún falta muchísimo”: dio que crear identidad sobre los vinos lleva 30 o 40 años. “De ahí la importancia de que WOFA esté trabajando fuertemente con las bodegas sanjuaninas y que tengamos esta relación y este intercambio, y la posibilidad de que las bodegas sanjuaninas empiecen a hacerse conocidas. No solamente se deben conocer dos vinos, sino la gran cantidad de marcas, y que ese potencial se empiece a explotar”, indicó.
Vigil vive en Mendoza, pero es “casi sanjuanino”: pasaba sus veranos en la casa de sus abuelos en Concepción, y jura que aún conserva amigos de la infancia, de cuando curso quinto y sexto grado en la escuela Rivadavia. Como enólogo, también elaboró vinos en sus inicios, en la bodega Esmeralda. Por eso es que vale tanto su opinión sobre las fortalezas y debilidades de los vinos sanjuaninos que se detallan a continuación.
Las ventajas
- Los valles de altura: San Juan tiene valles bastante nuevos que están dando altísima calidad y que tienen una impronta propia como Pedernal, y valles antiguos que se han vuelto a renovar como Barreal y Calingasta que le dan una identidad de nueva la vitivinicultura. También hay muchas posibilidades hacia el norte, en el departamento Iglesia, con zonas nuevas donde se puede cultivar y obtener etiquetas con nuevas características.
- Identidad de los vinos: La segunda fortaleza es que los vinos sanjuaninos tienen identidad propia, relacionada con los paisajes. “Son vinos que muestran los paisajes a través de su líquido”, asegura.
- Nuevos enólogos: Hay una “raza” nueva de viticultores, con una idea y un concepto fuerte, chicos jóvenes “con un potencial enorme”, que a su juicio, se pueden resguardar en viejos viticultores que tienen la experiencia. El objetivo es crear cosas nuevas, y mostrar San Juan desde un lugar distinto al que se venía mostrando, con vinos de altísima calidad.
Las desventajas
- Falta de agua: Es una característica que tiene toda la vitivinicultura del Oeste argentino, “un problemón que debemos abordar”, dijo. Destacó la importancia de encontrar zonas que tengan disponibilidad de agua para hacer calidad.
- Comunicación de identidad: es una falencia sanjuanina, la identidad de sus vinos no esta tan marcada. Hay que empezar a hacer más esfuerzos privados y públicos para darle esa identidad y fuerza, y mostrar los vinos de altísima calidad que está teniendo San Juan. Vigil dijo que eso se consigue no solo viajando al exterior, sino también trayendo misiones inversas a la provincia. “Es más importante que viajar al exterior, porque traes la gente al lugar, y cuando se camina Calingasta, Pedernal, Barreal o Zonda, y mostrás los embalses, hay una gran posibilidad de crecimiento y de darle una impronta a los vinos”, indicó. Agregó que esto que es una debilidad hoy, puede ser una fortaleza en muy corto tiempo.
- Turismo del vino: Para el experto, la importancia de la vitivinicultura ha quedado detrás de otras actividades como la minería, e instó a posicionarla, a darle más valor como una atracción fuerte para el turismo. “Se debe crear un polo, una importancia sobre los vinos de calidad y darle un giro hacia el turismo”, aseguró. Agregó que el enoturismo es fundamental porque tiene una distribución totalmente distinta, “gana la bodega, gana el taxista, gana el aeropuerto, el kiosco de la esquina y hasta la farmacia”, opinó.