Un segundo caso de gripe aviar detectado en criaderos comerciales del país –el primero en Río Negro y ahora en Buenos Aires-, que se suma a otra treintena en aves silvestres o del fondo de casas en 8 provincias; profundizó la preocupación por el avance de la enfermedad que puede causar grandes pérdidas comerciales entre los criadores locales.
Es que, si llega a detectarse un caso de gripe aviar en una granja, la única medida que se puede encarar es extrema: todo el plantel de aves debe ser sacrificado.
Por eso en estos días, en los criaderos y granjas sanjuaninos se están extremando las precauciones para evitar que el estatus sanitario de la provincia se vea alterado y se tenga que recurrir a la matanza. Si eso ocurre, los animales deben ser sacrificados en su totalidad y enterrados en el lugar para evitar la proliferación. Además, se ejecuta un plan de rastrillaje hasta un radio de 15 kilómetros para ver si se detectan más casos.
La prevención podría darse con una vacunación masiva, pero el gobierno nacional descarta por el momento recurrir a esta medida que es costosa, y no garantiza los resultados. Al respecto, desde el área de prensa del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Santiago Ciano explicó a Tiempo de San Juan que la vacuna no se utiliza en Argentina porque una vez que se inocula al animal, no se puede asegurar si da positivo por la generación de anticuerpos o porque presenta la enfermedad. ‘’Eso, en esta situación significa una complicación para mantener el estatus de país libre y dificulta el comercio exterior’’, dijo Ciano. ‘’En definitiva, por el momento no se está contemplando el uso de la vacuna’’, agregó.
Qué están haciendo los criadores
En San Juan hay inscriptos 15 explotaciones de aves de corral, la mayoría de producción de huevos, y ninguna que produzca carne. Los pollos que consumen los sanjuaninos provienen principalmente de Mendoza –donde hay 135 granjas comerciales-, de Entre Ríos que es el principal productor del país; y algo de Buenos Aires.
Horacio Videla es el veterinario responsable del criadero Avícola La Esperanza, uno de los establecimientos de ponedoras de huevos más grande de la provincia, con un plantel de 300 mil gallinas en producción actualmente. El especialista contó que se han reforzado todas las medidas de control: se ha restringido el ingreso de personas ajenas, se hacen desinfecciones de vehículos diariamente; además del recambio de ropas y desinfección habitual de los trabajadores.
La granja cuenta con galpones cerrados y sistema de climatización y son pocos los trabajadores que pueden ingresar a esos sitios. ‘’Las dos vías de contacto son por secreciones naso-oculares y materia fecal de las aves, la gente puede pisar e ingresa el virus proveniente de cualquier ave, una paloma o un pájaro’’, dijo Videla. Añadió que, si se detecta algún síntoma en las aves, el establecimiento debe denunciar al Senada que hace los análisis correspondientes. Si el caso da positivo se procede al sacrificio de todos los animales de la granja. ‘’No hay en este momento ninguna vacuna disponible permitida, que sí existe en países como EE.UU y México’’, indicó.
Videla dijo que en San Juan no hay ningún caso detectado, e instó a la gente a denunciar si encuentra aves o pájaros muertos, y evitar tocar con las manos a esos ejemplares.
Granja Modelo San Fernando es otra de las grandes plantas productoras y una de las propietarias, María Belén Navas; se mostró muy preocupada por la situación. ‘’Es que, al no haber una vacuna, si a un productor le ingresa el virus a su granja tiene que sacrificar todos los animales’’, dijo. Explicó que a diferencia de lo que ocurre en Buenos Aires, en San Juan los criaderos están dispersos por diferentes departamentos, bastante alejados uno de otro, por lo que, si eventualmente llegase a detectarse un caso, afectaría solo a esa granja. ‘’Es que, si hay un animal contagiado, el Senasa indica sacrificar todas las aves del establecimiento y los de un radio de 3 kilómetros a la redonda. Luego hay que esperar 90 días para volver a introducir aves al lugar’’, informó. Como se ve, las pérdidas económicas son enormes.
Ante el actual escenario, en la planta San Fernando se le ha prohibido al personal que trabaja en el establecimiento que tenga contacto con aves silvestres o de ‘traspatio’, en casas familiares. Además, los trabajadores al ingresar deben cambiarse de ropa y desinfectarse los pies. El lugar cuenta también con un sistema de desinfección especial que mata cualquier microorganismo que pueda tener la cáscara de los huevos. ‘’Eso da más tranquilidad a los clientes, aunque se sabe que el virus no se contagia a los humanos por el consumo de aves o huevos’’, explicó.
José María Ginestar, ex criador y dueño de un local avícola que comercializa pollos y huevos, ratificó que el consumo de huevos o carne no afecta a las personas. ‘’La gripe aviar no afecta el consumo’’ aseguró. Eso sí, advirtió que este brote de la enfermedad está causando ‘’un problema económico en Argentina’’ y aseguró que el precio de la carne de pollo y los huevos seguirá aumentando por ese motivo.