Con la Resolución 37/2025, el Instituto Nacional de Vitivinicultura redefinió su forma de controlar el vino argentino y encendió un debate que recorre toda la cadena. Bodegas, cámaras y técnicos salieron a destacar que la desregulación alivia cargas y no afecta la calidad del producto.
El Gobierno sanjuanino, en cambio, marcó una posición más prudente y reclamó mantener una certificación obligatoria que controla y asegura la calidad de la uva, especialmente para proteger a los productores chicos. Y sólo una entidad viñatera expresó el rechazo a la desregulación. El contrapunto no escaló a conflicto, pero sí dejó en evidencia dos matices distintos sobre cómo modernizar el sector.
El pedido provincial
A mediados de noviembre, el ministro de Producción de San Juan, Gustavo Fernández, le pidió personalmente a Federico Sturzenegger que mantuviera el Certificado de Ingreso de Uvas, el CIU. Aprovechó la visita a Mendoza del ministro nacional de Desregulación y Transformación del Estado para acercarle al planteo. Y se sumó al reclamo su par mendocino Rodolfo Vargas Arizu. Ambos funcionarios apoyan la desregulación, pero consideran que no debe soltarse este control que certifica las uvas.
Un respaldo privado generalizado
Entre las principales entidades vitivinícolas, el clima es de alivio. Bodegas de Argentina, que nuclea a la Cámara de Bodegueros de San Juan, expresó su apoyo a través de un comunicado, y siguieron en forma individual los referentes de la Cámara del Mosto y de una entidad viñatera, la Mesa Vitícola.
Todos coinciden en que el esquema anterior imponía cargas burocráticas que no necesariamente mejoraban la seguridad del producto, y que la revisión era necesaria. Muchos referentes destacaron que la simplificación permitirá reducir costos, agilizar operaciones y evitar duplicaciones entre organismos.
Y que lejos de poner en riesgo la calidad o el control, la desregulación puede mejorar la competitividad en un mercado que enfrenta caída de consumo y de exportaciones. Hay un leve matiz de los mosteros: ellos seguirán usando el CIU como elemento indispensable en la certificación de exportación.
La mirada de cada entidad
- Martín Materia, presidente de la Cámara del Mosto:
“Desde la cámara celebramos todo este paquete de medidas que han modernizado y han desburocratizado todo lo que es relativo al INV. El mosto tenía muchos controles que no tenían ningún sentido. El CIU nos permite trazar el origen de nuestras exportaciones y lo vamos a continuar utilizando como si fuese obligatorio. Desde la industria del mosto acompañamos el pedido que hacen los viñateros y damos tranquilidad de que no podemos prescindir del CIU de momento”.
- Pablo Martín, presidente de la Mesa Vitícola:
“Estamos de acuerdo por dos motivos. Uno, porque es un reclamo de los industriales, que debían cumplir con los requerimientos del INV implicaba tener empleados para llenar formularios y atender inspecciones sin sentido. Dos, porque hay que facilitarle el trabajo a los que venden el producto final, la botella o caja de vino. Entendemos que no afectaría a la calidad del vino porque el consumidor es el más exigente. Sí se tienen que mantener los controles como cualquier alimento. Y respecto al CIU, la norma dice que todo aquel que desee el uso de añada, variedad y zonas para un vino deben usar la trazabilidad. El que venda vino genérico no tiene la obligación de hacer uso de CIU y trazabilidad. Estamos de acuerdo en esto”.
“Bodegas de Argentina respalda la Resolución INV N° 37/2025 que actualiza y ordena el marco regulatorio de la vitivinicultura argentina. Esta medida, impulsada por el INV, refuerza su rol como organismo garante de la genuinidad, inocuidad y trazabilidad del vino argentino, pilares esenciales para la confianza del consumidor. Confirmamos que los nuevos criterios de control, focalizados en la etapa final de comercialización, no implican riesgos para la calidad ni para la seguridad del producto. Por el contrario, mantienen la trazabilidad desde el viñedo hasta la botella y aportan mejoras en la competitividad del sector.
- Asociación de Viñateros Independientes de San Juan
“La AVI expresa su profunda preocupación y rechazo a la nueva normativa de desregulación del sector vitivinícola dispuesta por el gobierno nacional, que pone en serio riesgo la calidad, la trazabilidad y la sustentabilidad económica de toda la cadena productiva. Las medidas anunciadas -eliminación de la liberación con fecha, del grado alcohólico zonal, del CIU, del control varietal, de los inventarios generales, del control de vino tinto sobre uva tinta, de los partes de cosecha y del control sobre los procesos de elaboración-dejan al sector en una situación inédita de desprotección. Sin estos resguardos básicos, se pierde la garantía histórica de calidad que distingue al vino argentino y se abre la puerta a prácticas que los mismos viejos viñateros describían con ironía: “se podrá hacer vino hasta con uva”, es decir, sin estándares mínimos verificables”.