La tercera ola de coronavirus impactó con fuerza en la sociedad argentina. Hubo días con más de 100.000 casos y cientos de muertes. En San Juan, la situación también se agravó. Hasta ahora alcanzó el número más alto de contagios desde el inicio de la pandemia, con 4.320. Y este martes reportó ocho muertes por la enfermedad, una cifra que no se veía desde julio del 2021. En ese contexto, es natural que la economía se resienta. Los industriales sanjuaninos dan cuenta de ello. Faltan insumos y aumentan los plazos de retraso para entregar productos.
A nivel nacional, la Unión Industrial Argentina (Uia) informó que alrededor de 80.000 empleados del sector dejan a diario de trabajar por estar contagiados o por ser contactos estrechos. Por esto, advirtieron, hay peligro de desabastecimiento. En la provincia, no existe tal pronóstico, pero sí acusan trabajar a media máquina por el nivel de ausentismo. Según el presidente de la Uia sanjuanina, Ricardo Palacios, hay un 25%. Son 1.500, de los 6.000 trabajadores que tiene la industria local. Es significativo. Mucho más alto que en la primera ola de coronavirus, cuando apenas alcanzó un 12%.
El titular de la Uia local destacó que las industrias "modificaron hábitos" para sobrellevar el funcionamiento. Lo que más se usa es el pago de horas de extra. Otros deciden suspender turnos y unificar trabajadores en un horario crítico. También señaló que la flexibilidad en la definición de caso positivo juega a favor, pues los contactos estrechos que no presentan síntomas pueden asistir a las empresas. "No hubo ningún cierre hasta ahora", dijo, y agregó que, en el peor de los escenarios, "han restringido la producción". En tanto, el relevamiento de la institución mostró que existe un 4% de empleados sin vacunarse. Los empresarios insisten en la necesidad de inocularse contra el virus. Pero el margen que no quiere esgrime razones religiosas o desconfianza científica.
Un punto sensible es la ralentización de la cadena productiva a nivel país. El sistema está estresado por el ausentismo en todos los sectores. Palacios indicó que "hay demora en la entrega de materias primas". Uno de los faltantes significativos es el hierro. Pero en general, "falta de todo" porque en Buenos Aires el índice de contagios es mayor. Por eso, el presidente de Uia, Daniel Funes de Rioja alarmó por el posible desabastecimiento. "Hicimos una encuesta entre más de cien empresas del sector y en este momento, hay un 7,5% adicional de ausentismo. Esto representa duplicar y hasta cuadruplicar la falta de personal de la época, marcada por las vacaciones", sostuvo.
El sanjuanino se hizo eco de las declaraciones e informó que hay demoras en la entrega de las manufacturas, aunque sin el peligro inminente de desabastecimiento. De mínima, hay espera de 20 a 30 días. Mientras que el máximo es de 120 días porque también se conjuga el factor importación y transporte. No obstante, el empresario fue optimista: "Esperamos que esto pase y volver a la normalidad dentro de lo posible".