La mina tiene varios años de vida útil y la intención de la empresa es continuar operándola, eso es lo que señala el inmediato desembarco de ejecutivos enviados desde Toronto para hacerse cargo del incidente y del futuro de la conducción. En especial, teniendo en cuenta que la gerencia de Veladero fue descabezada y hace falta un recambio.
Comprenden que hay una licencia social resquebrajada y que necesitan volver a generar confianza. Pero también sostienen que hay 4.000 trabajadores en este momento funcionando, además de innumerables vinculaciones contractuales sobre las que deberán operar. Todo depende del ritmo de la mina.
Y la mina está paralizada, inicialmente por el juez Pablo Oritja y su decisión de frenar los trabajos durante 5 días de manera preventiva. Se trata de una decisión que el magistrado determinó para la playa de lixiviación, pero el resto de las dependencias está aún operativo: incluso, se puede extraer el mineral y triturarlo para que quede disponible a ser sometido al procedimiento en la playa. También los accesos a las oficinas y el resto de las dependencias es normal.
Oritja puede en la semana entrante levantar la medida y habilitar los trabajos o puede extender la medida –incluso ampliarla para otras dependencias- si es que considera que le hace falta más tiempo para las pericias de campo. Allí se establecerá en la empresa cómo siguen los trabajos, atados también a la situación del staff gerencial y a la situación laboral de los detenidos.
Eso, en el plano inmediato. A más largo plazo seguramente seguirán los replanteos internos con la mirada puesta en recuperar la confianza pública que se perdió con el incidente y su manejo.