Bodega y Viñedos Ángel Vargas S.A. de San Martín fue intervenida por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, tras serias irregularidades que incluso desencadenaron la judicialización del último gran fraude.
Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEBodega y Viñedos Ángel Vargas S.A. de San Martín fue intervenida por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, tras serias irregularidades que incluso desencadenaron la judicialización del último gran fraude.
Este establecimiento del este mendocino recibió en su historia varios apercibimientos por la labor muchas veces poco clara, lo que lo ubicó en la mira de los inspectores del organismo nacional.
Dentro del sistema de control que el INV desarrolla, esta bodega se encuentra en el canal rojo, entre aquellos que no cumplen con los requisitos establecidos, y lejos del canal verde de quienes sí cumplen.
Es por esto que hace algunos meses se determinó su clausura por la adulteración de vino con alcohol no vínico. Esto implicaba alcanzar niveles de alcohol requeridos, con métodos externos a la normal fermentación. Variando el producto y quebrando exigencias de producción.
Si bien esto supone aspectos graves como la adulteración con agua, por lo que luego se utilizaba alcohol extra; y una intención clara de estirar el vino obtenido, lo que desencadenó en el problema mayúsculo fue lo ocurrido hace aproximadamente un mes.
Ante la clausura, se suponía un cese de las actividades en la Bodega Ángel Vargas. Sin embargo, un inspector del INV que percibió movimientos extraños en la propiedad, decidió realizar una inspección nuevamente. También impulsado por los antecedentes y reincidencia.
Al ingresar, e inspeccionar los tanques de acero donde se aloja el vino y que tenían una faja donde se aclaraba “productos intervenidos” debido a la clausura, notó algo extraño.
Un ventil de la parte superior del tanque, tenía adherido una goma que no era normal, pero al ingresar la jeringa y probar el producto, notó que se trataba de vino. Sin quedarse conforme, volvió a extraer líquido pero esta vez movió su instrumento y éste tocó lo que finalmente sería un caño plástico.
Al extraerlo y abrir el clapet inferior, se percataron de que un caño había sido puesto en el lugar de medición, que tenía unos 4,10 metros de largo hasta el fondo de la pileta, que contenía vino pero que el resto del piletón estaba lleno con agua.
Este hecho grave determinó que allí no se encontraban 95.800 litros de vino como su dueño decía, sino sólo 30 litros y 95.770 de agua. El resto del producto salió de la bodega estando la misma inhabilitada y además podría tratarse de líquido adulterado, por lo que se había clausurado el establecimiento anteriormente.
Gabriel Beltranou, abogado del INV, confirmó que se está trabajando en la recolección de pruebas para hacer la presentación en la Justicia Federal esta semana y así denunciar un hecho que según él “no recuerda haya sucedido antes”. Fuente mdzol.com
Contenido especial