En la vuelta de Marcelo Gallardo a La Bombonera, el que terminó festejando fue River. Con gol de Manuel Lanzini, el primero desde que se cruzó nuevamente la banda roja, le ganó 1-0 a Boca el Superclásico y se quedó con mucho más que tres puntos en la Liga Profesional. Al Xeneize le anularon el empate sobre la hora por una mano de Milton Giménez.
Más allá del empuje en el arranque del Xeneize, que logró la amonestación de Federico Gattoni a los diez segundos e insinuó con un tiro libre que cruzó toda el área grande y salió por el fondo, fue un primer tiempo para el olvido y quedó reflejado en la pasividad de Diego Martínez en el corralito local.
La ocasión más clara fue un derechazo potente de Miguel Merentiel a los nueve minutos y ni siquiera valió, debido a que el juez de línea levantó la bandera y cobró posición adelantada después de la notable atajada de Franco Armani.
Cuando más avanzaba el reloj, más se afirmaba el Millonario en terreno bostero. Primero lo atacó por ambos costados, gracias a las estampidas de Fabricio Bustos y Enzo Díaz. Hasta que encontró la llave del gol por el carril central. A los 19, Manuel Lanzini le ganó la espalda a Ignacio Miramón en el círculo central, condujo a toda velocidad y abrió hacia la izquierda para Facundo Colidio, quien se sacó de encima a Cristian Lema y definió de zurda.
Su disparo explotó en el pecho de Sergio Chiquito Romero y, en el rebote, el N°10 riverplatense se terminó frotando las manos: solo tuvo que empujarla a la red para el 1-0. Lo gritó con alma y vida, como aquella tarde noche hace una década en La Bombonera, donde marcó su último gol con la banda roja cruzada al pecho.
River pudo irse al vestuario con un resultado más holgado, pero el arquero azul y oro enmendó un error de Marcos Rojo, quien había peinado mal una pelota, y le tapó el mano a mano a Colidio.
Para el complemento, Boca movió el banco y rápidamente exhibió otra cara: Miramón, de deslucido rendimiento, le dejó su lugar a Exequiel Zeballos. Y el Changuito, fiel a su estilo, empezó a encarar y revitalizó a sus compañeros. Antes del cuarto de hora casi marca la igualdad, pero Franco Armani salió a cortar justo y Kevin Zenón no pudo capitalizar el rebote.
Con más empuje que ideas, Boca adelantó sus líneas y buscó el empate a toda costa. Estuvo cerca con un zurdazo de Luis Advíncula que reventó el travesaño y también con otra aparición de Zeballos en zona de peligro. El fondo de River, de todos modos, se mostró bien plantado -incluso aún más con el ingreso de Germán Pezzella-. Aunque tuvo que sufrir y cruzar los dedos en la última jugada del Superclásico.
Ya sobre la hora, Milton Giménez, quien había saltado a la cancha con Edinson Cavani, se llevó puesto un centro envenenado al área chica y firmó el 1-1 agónico. Sin embargo, el VAR llamó al árbitro Nicolás Ramírez y le pidió revisar la jugada. Después de poner la lupa en esa acción puntual, se notó que el ex-Banfield había rozado la pelota con la mano y finalmente el gol fue anulado.
No hubo tiempo para mucho más. Solamente para una roja a un Cristian Lema en llamas por no haber respetado la zona de capitanes. Boca se retiró entre algunos silbidos y River, con Gallardo a la cabeza, con el pecho bien inflado.
Tras el pitido final, Chiquito Romero 'sacado' con los hinchas
Con las pulsaciones a mil, tanto los protagonistas del Superclásico como los hinchas presentes en La Bombonera desbordaron de emotividad sobre el cierre del partido. El agónico empate anulado a Boca fue el corolario de una velada infartante y, mientras los jugadores de River cantaban en el centro del campo, los de Boca hacían el clásico saludo final. Así, las pinceladas de descontento que había vislumbrado el público local durante el pleito estallaron en un unísono silbido y se gestó un clima proclive a los insultos y reproches.
Tal parecer, los plateístas más cercanos al campo de juego se despacharon con saludos poco amistosos para con sus jugadores mientras se retiraban. Y alguno de ellos habría calado hondo en Chiquito Sergio Romero, quien directamente fue a buscar a una persona en especial: se trepó a la valla y logró increparlo cara a cara, desde una altura considerable que sumaba surrealismo a la escena.
La aparición del arquero entre la gente motivó un tumulto que contagió a sus alrededores, entre fuerzas de seguridad, otros hinchas y hasta compañeros de Chiquito, como Leandro Brey, que intentaba tomarlo para alejarlo de la pelea. Finalmente lo convencieron, aunque se alejó con amagues de retornar y entre fuertes insultos y dejando a su paso un hervidero, con más simpatizantes en llamas discutiendo con los agentes de seguridad.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/tiempodesanjuan/status/1837603068818477312&partner=&hide_thread=false
FUENTE: Tyc Sports